“¡Te amo internet! ¡Gracias a ti hemos redefinido el concepto “intimidad” y creado vínculos afectivos con gente interesante AF!” Al mismo tiempo, cada vez hay más parejas que, tras un tiempo de relación a distancia, pasan a la fase de convivencia y llegan a consulta. “¿Empezamos a vivir juntas y sale mal?“
Cada relación es un mundo y no puedo decirte lo bien o mal que estarás con tu BAE. Sin embargo, las investigaciones y la practica terapéutica dejan entrever que las relaciones desarrolladas en el espacio virtual presentan un nivel bajo de satisfacción (2) y que tienen más retos y riesgos que las relaciones desarrolladas en un contexto cara a cara (1). Conque quizás tengas que hacer un esfuerzo un poco mayor para que todo fluya, y nada influya; porque se ha demostrado que necesitamos sentir protección, intimidad, contacto físico. Así como la posibilidad de compartir el tiempo y los mejores momentos en compañía del otro para construir una sana relación de pareja (2).
“Vale, tronca, pero te acabo de decir, que vamos a vivir juntas, problema solucionado, ¿no?” Casi…
Cuando conocemos a una persona en una relación a distancia no tenemos toda la información sobre cómo es en su vida presencial, cómo reacciona ante los problemas, cómo varía su humor en diferentes situaciones (¿se enfada, ríe, llora, maldice, no le gusta que le hablen por la mañana?), y nuestra imaginación tiende a rellenar los huecos vacíos con fantasía, idealizando a la persona amada (1). Piénsalo, cuando la ves o lo ves ‒una o dos veces al mes con suerte‒ es todo buen rollo, sexo maravilloso, risas, la faceta más atractiva, buena e ingeniosa de cada una. Es normal que en ese estado de enamoramiento y siendo el sexo tan maravilloso, las endorfinas y la oxitocina te cieguen y minimices los aspectos negativos de la relación. Bienvenida, estás en el limbo de los amantes.
La pregunta es ¿podrás sobrevivir una semana junto a tu amorcito sin ponerle un sello de devolución? La rutina puede ser uno de los principales problemas de la convivencia en las relaciones creadas a distancia. Pasas de verle sólo en los buenos momentos a verle en absolutamente todos. Es un salto muy brusco a la realidad y se invierte mucho más tiempo que antes en la relación. ¿Estás super cómoda conectando y desconectándote de la conversación cuando te apetece? Quizá no sea el mejor presagio para tu futura convivencia… ¿O te mueres de ganas por oler el aliento mañanero de tu pareja?
Pongamos que sí, ¿y bien?, ¿quién se muda a qué sitio? Una de las dos tendrá que renunciar a su entorno habitual, su red afectiva y su entorno social de apoyo. ¿Entenderá la otra persona el riesgo, la presión y el valor de lo que ha dejado esta atrás?
Cada relación tiene protagonistas únicos y por eso es un mundo. ¿Y tú? ¿Alguna vez has mantenido una relación a distancia? ¿Cuál es tu experiencia al respecto? ¿Cuáles crees que son las dificultades más frecuentes a las que se enfrentan las personas en este tipo de relación? ¿Cuánto crees que cambia una relación de pareja una vez que empieza la convivencia?
- Giraldo-Hurtado, C. M., & Rodríguez-Bustamante, A. (2018). La comunicación en las relaciones de pareja mediadas por la virtualidad en tiempos de modernidad líquida. Revista Latinoamericana de Estudios de Familia, 10(1), 11-30.
- Narvaez, B. L. R., Marin, P. A. U., Gómez, G. L. A., & Vega, L. C. E. (2019). Nivel de satisfacción en relaciones románticas generadas mediante el uso de internet en jóvenes universitarios. Revista Palobra,» palabra que obra», 19(1), 107-120
Autora: Lorena Pérez Moreno (Psicóloga y Sexóloga)