Cuál es la diferencia entre «sexo» y «género»

Actualmente los temas sobre género están dando mucho que hablar, especialmente en lo que respecta a las personas trans. Por suerte hemos avanzado mucho y cada vez estas personas tienen más visibilidad y aceptación. Sin embargo, sigue habiendo muchos prejuicios hacia ellas, resultado principalmente de la incomprensión. Es labor de los trabajadores de la salud informar y guiar al público general para que estas personas puedan ser totalmente comprendidas y aceptadas. El objetivo de este artículo es conseguir facilitar la comprensión del tema especialmente para quiénes tengan dificultades en entender y empatizar con las personas trans.

La RAE define “sexo” como “condición orgánica, masculina o femenina, de los animales y las plantas”. “Género” es definido como “grupo al que pertenecen los seres humanos de cada sexo, entendido este desde un punto de vista sociocultural en lugar de exclusivamente biológico”. La diferencia está clara, el género no se atribuye exclusivamente al sexo, sino que se entiende como un constructo social. Dicho constructo engloba los conceptos de feminidad y masculinidad compartidos por un conjunto de personas. De este modo, el género es algo subjetivo que cada persona puede vivir o entender de forma distinta. Es a esto a lo que llamamos “identidad de género”.

Aunque parezca que esta rotura de la visión tradicional del género como masculino y femenino es algo novedoso, no lo es en absoluto. Desde la antigüedad han existido culturas que no realizaban esta división, como por ejemplo los “Fa’afafine”, un tercer género que existe en la cultura samoana, compuesto de personas que son anatómicamente masculinas, pero visten y se comportan de un modo considerado femenino. Aunque no es el único ejemplo, en México existe la cultura “Muxe”, que es una manifestación esto mismo. Ambos ejemplos bastan para ilustrar que la concepción del género y su identificación con el sexo no es algo universal.

Las personas no binarias o “genderqueer” pertenecen a un espectro de identidades de género que no son exclusivamente ni femeninas ni masculinas. Estas identidades pueden ser incluidas bajo la categoría de transgénero dado que mucha gente no binaria se identifica con un género distinto a su sexo asignado. Las personas no binarias puede que no se identifiquen con ningún género, con dos o tres, con un tercer género. O pueden fluir entre géneros, lo cual se denomina “genderfluid”.

Las personas transgénero presentan una identidad de género o expresión de género que difiere del sexo que les fue asignado al nacer. Si estas personas deciden hacer la transición a través de intervenciones médicas, entonces pueden identificarse como transexuales. Estos dos grupos de personas experimentan disforia de género, que se define como “un malestar significativo que la persona sufre por no haber concordancia entre su identidad de género y el sexo que les fue asignado al nacer”.

Actualmente, existe mucha discusión con respecto al carácter patológico de la disforia de género. No obstante, hay un acuerdo mayoritario en la comunidad profesional sobre lo perjudicial que es estigmatizar estos conceptos con etiquetas de trastorno o de enfermedad. Muchos grupos están luchando por aceptar la disforia como una variación normal de los seres humanos y así centrarnos en romper las nociones de género que tiene la sociedad y ayudar a las personas trans a llevar vidas más satisfactorias.

¿Cuál es tu experiencia sobre este tema?

Autor: Sergio Sarmiento Valero (Psicólogo)

Créditos de la imagen; Maria Ciocnadi y Emedièfeme

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