Stealthing o fingir que sí hay condón

Quitarse el preservativo en medio del acto sexual sin el consentimiento de la otra parte está considerado un delito de abuso sexual. Dicha práctica sexual es denominada stealthing y consiste en la retirada del preservativo durante la relación sexual sin el consentimiento de la otra parte implicada y sin previo aviso. También puede tratarse de hacer creer a la otra persona que habrá preservativo cuando no es así.

El apunte es que el stealthing es una acción voluntaria por parte del sujeto quien está engañando a la otra. Puede ocurrir tanto entre heterosexuales, como en cualquier relación que implique coito. Hay una persona que desea protegerse en las relaciones sexuales y otra que desea sexo “a pelo” aunque sea a escondidas. Otra cosa es la existencia de accidentes durante la penetración, como puede ser que el preservativo se salga o se rompa involuntariamente. El stealthing implica que, durante la relación sexual, no se produce un consenso con respecto a la retirada del preservativo.

Aunque en España no se encuentre tipificado en el Código Penal, ya se han producido algunas sentencias condenatorias de las Audiencias Provinciales, como en Salamanca o Madrid. Al estar considerada una forma de abuso sexual sí se recoge en el Artículo 181 del Código Penal: «El que, sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento, realizare actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona, será castigado, como responsable de abuso sexual, con la pena de prisión de uno a tres años o multa de dieciocho a veinticuatro meses»

El stealthing es objetivo de debates jurídicos a nivel mundial. Esta peligrosa práctica sexual fue determinada delito en el caso contra un hombre por la Corte Criminal de Lausana (Suiza), a principios del 2017, por quitarse el preservativo sin consentimiento previo de la pareja. Se consideró un delito de violación al esperar que el otro miembro de la pareja estuviera protegido. En Berlín, Alemania, en 2017, un hombre fue juzgado por el tribunal local a ocho meses de cárcel y una multa de 3000 euros por daños y riesgo a la salud sexual de la víctima. Por otra parte, un hombre fue condenado por la Corte Suprema de Canadá en el 2014  por agresión sexual debido a que pinchó el condón sin conocimiento previo de su pareja para dejarle embarazada.

Como es posible ver, esta “inocente práctica” puede traer serias consecuencias económicas y penales al realizarse sin el consentimiento de la otra parte implicada en la relación sexual. No obstante, además de estas consecuencias, existen otras, que a nivel personal son de suma importancia. Cabe destacar:

  • Embarazos no deseados.
  • Contagio de enfermedades de transmisión sexual.
  • Consecuencias psicológicas para la persona que lo sufre, así como el desarrollo de posibles traumas por abuso sexual. Según La psicóloga clínica Wanda Torres Hernández, este tipo de agresión puede provocar efectos traumáticos y aumentar los niveles de ansiedad y estrés en las víctimas.
  • Desarrollo de un cuadro ansioso-depresivo.
  • Repercusiones negativas en la autoestima y autonomía de la parte perjudicada.
  • Una experiencia traumática que puede afectar la confianza durante las relaciones sexuales.
  • Una fuerte sensación de quedar como una persona estúpida.

Desde el punto de vista psicológico, el stealthing está considerado como un acto de control y dominación sobre la mujer ‒principalmente, pero también sobre personas que asumen el rol receptivo durante el coito‒. Es fruto de la escasa educación sexual con perspectiva de género que se recibe desde la infancia, así como del aprendizaje de los roles sexuales en medios como “el porno”. En éste, la figura dominante suele ser el hombre, mientras que la mujer aparece como el objeto a utilizar para su propia satisfacción. Es irónico que en contextos gays ‒o no heterosexuales‒ se crea una especie de réplica de este modelo, en el que la persona receptiva aguanta “carros y carretas”.

¿Qué puedo hacer si sufro stealthing?

Generalmente, al vivir esto como algo traumático, la persona suele quedar paralizada, confusa, sin saber que hacer o a quién recurrir… Te pedimos que dejes el miedo a un lado, que seas valiente. Así que, en el caso de chicas heterosexuales y que el hombre eyaculara dentro de ti, lo primero que se debe hacer es acudir a tu médico de familia o planificación familiar y pedir la píldora del día después. Allí te explicarán cómo tomarla y qué hacer posteriormente si quieres recurrir a acciones legales. Ve acompañada de algún familiar o amistad cercana que te apoyey acompañe en esa situación. Lo idóneo es que no dejes pasar tiempo y actúes lo más rápido posible. Si te sientes con fuerza, acude a un especista para realizarte una revisión de salud sexual y poder descartar enfermedades de transmisión sexual. Pero, sobre todo, elude sentir culpa o vergüenza, ya que la responsabilidad sobre lo sucedido no es tuya. Existen leyes que te respaldan y que castigan al agresor.

Necesidad de prevención y concienciación.

Existen una gran cantidad de casos y personas que realizan el stealthing por considerar que no estén llevando a cabo un delito. Lo ven como un juego sexual, un acto inocente y así lo hacen ver a las personas con las que lo realizan. Utilizan frases como “no te pongas así, no es para tanto”, “si llego a saber que te enfadarías tanto no lo habría hecho” o “ no seas aburrida, no pasa nada”… Esto lleva a que la víctima se cuestione la importancia que tiene realizarlo y no denunciar, sobre todo por haber consentido establecer una relación sexual con esa persona ‒aunque no se llevara a cabo con el respeto necesario‒. Hay hombres que han hecho de esta práctica su principal parafilia, ya que al conseguir el engaño experimentan un gusto especial. Recientemente, en las redes sociales hemos visto a un joven jactándose de realizar esta práctica sin ser consciente de la gravedad de su conducta.

El arma más poderoso que existe para erradicar este tipo de prácticas tan violentas en el terreno sexual es la educación. Abordar este tema, y muchos otros, con perspectiva de género es fundamental desde la infancia y así dejar de normalizar estas prácticas. Además de informar y concienciar sobre los riesgos y la gravedad de la práctica desde el ámbito psicológico y legal.

Autora: Andrea Bello Pastor. (Psicóloga y Sexóloga Clínica).

Edición literaria: Xud Zubieta-Méndez

Referencias bibliográficas.

El Comercio. “12 meses de prisión por practicar stealthing”.

Stealthing: los riesgos de esta práctica en el sexo. Psicología y Mente.

Parafilias, fetiches y kinks

La sexualidad humana abarca todo un Universo, con un espectro increíblemente amplio de comportamientos. Históricamente, buena parte de dichos comportamientos se han considerado negativas ‒o directamente prohibidas en determinadas sociedades‒. Con el paso del tiempo, hemos experimentado un proceso de liberación, que nos ha permitido expresarnos sexualmente con una libertad creciente. Con esto, han aparecido nuevas ideas y comportamientos. En este artículo deseamos ofrecer una educación en aquellos comportamientos sexuales que se encuentran fuera de lo más “habitual”, si es que eso significa algo hoy en día.

Cuando hablamos de comportamientos sexuales “extraños”, la primera palabra que nos viene a la cabeza es “fetiche”. La definición tradicional ‒no aplicada al ámbito sexual‒ es muy antigua y significa “objeto al que se le atribuye características o poderes sobrenaturales”. La definición de fetichismo sexual no difiere demasiado de ésta, y significa “fijación sexual hacia un objeto inanimado o una parte no genital del cuerpo humano”. Uno de los fetiches más comunes son los pies

Un concepto que se suele confundir a menudo con los fetiches es el de los “kinks”. De forma simple se podría decir que los “kinks” son la versión comportamental de los fetiches. Éstos se definen como el “uso de prácticas, conceptos o fantasías sexuales no convencionales”. Con la normalización de la variabilidad de la sexualidad y la visibilidad creciente que tiene ésta, referirnos a algo como “no convencional” sería un poco complejo. Lo cierto es que la mayor parte de humanos practican sexo de maneras extremadamente similares. De este modo, dentro de la etiqueta “kink” se incluirían prácticas como el “role playing” o el famoso BDSM.

Otro término importante es el de “parafilia”, que se define como “un interés sexual elevado hacia objetos, fantasías, individuos o situaciones atípicas”. Estas atracciones podrían ser una forma patológica de comportamientos sexuales, que ‒en una medida adecuada‒ podrían ser considerados sanos. Por poner un ejemplo clarificador, en el DSM-V, dentro de la sección de “trastornos parafílicos” se incluyen diagnósticos como el masoquismo, el voyeurismo y la pedofilia. Todos sabemos que determinados comportamientos masoquistas ‒como puede ser el gusto porque nos tiren del pelo o nos agarren la garganta‒ son extremadamente comunes en la población general. Por lo que, aunque sea un comportamiento sexual considerado dentro de la etiqueta de parafilia, no alcanzaría a ser un caso clínico ni patológico. De este modo, hay que especificar que para que se pueda diagnosticar cualquiera de estos trastornos es necesario siempre que exista un malestar en la persona que los sufre y se lleve a extremos patológicos. Esto que significa que el objeto sustituye al compañero sexual o tiene más importancia que éste. Dicho último punto es especialmente importante porque, por lo general, cuando una pareja experimenta con fetiches o “kinks”, lo hace para ganar un nivel mayor de intimidad o de placer con la otra persona, en ningún caso para sustituir a la persona.

Según la Organización Mundial de la Salud, los fetiches ‒y demás comportamientos sexuales no convencionales‒ son algo común y sólo deberían ser considerados patológicos cuando causan malestar o impiden un funcionamiento sexual normal. Por tanto, no hace falta preocuparse, ya que estas etiquetas son meras herramientas de los psicólogos y psiquiatras para facilitar el trabajo y parte de ese impulso irrefrenable humano de clasificarlo todo. En definitiva, lo convencional no existe y la sexualidad es hiper amplia y bella, por lo tanto no tengas miedo a experimentar y a tratar de vivirla al máximo.

Autor: Jorge Valero Sarmiento

Créditos de la imagen; Maria Ciocnadi y Emedièfeme

Cuál es la diferencia entre «sexo» y «género»

Actualmente los temas sobre género están dando mucho que hablar, especialmente en lo que respecta a las personas trans. Por suerte hemos avanzado mucho y cada vez estas personas tienen más visibilidad y aceptación. Sin embargo, sigue habiendo muchos prejuicios hacia ellas, resultado principalmente de la incomprensión. Es labor de los trabajadores de la salud informar y guiar al público general para que estas personas puedan ser totalmente comprendidas y aceptadas. El objetivo de este artículo es conseguir facilitar la comprensión del tema especialmente para quiénes tengan dificultades en entender y empatizar con las personas trans.

La RAE define “sexo” como “condición orgánica, masculina o femenina, de los animales y las plantas”. “Género” es definido como “grupo al que pertenecen los seres humanos de cada sexo, entendido este desde un punto de vista sociocultural en lugar de exclusivamente biológico”. La diferencia está clara, el género no se atribuye exclusivamente al sexo, sino que se entiende como un constructo social. Dicho constructo engloba los conceptos de feminidad y masculinidad compartidos por un conjunto de personas. De este modo, el género es algo subjetivo que cada persona puede vivir o entender de forma distinta. Es a esto a lo que llamamos “identidad de género”.

Aunque parezca que esta rotura de la visión tradicional del género como masculino y femenino es algo novedoso, no lo es en absoluto. Desde la antigüedad han existido culturas que no realizaban esta división, como por ejemplo los “Fa’afafine”, un tercer género que existe en la cultura samoana, compuesto de personas que son anatómicamente masculinas, pero visten y se comportan de un modo considerado femenino. Aunque no es el único ejemplo, en México existe la cultura “Muxe”, que es una manifestación esto mismo. Ambos ejemplos bastan para ilustrar que la concepción del género y su identificación con el sexo no es algo universal.

Las personas no binarias o “genderqueer” pertenecen a un espectro de identidades de género que no son exclusivamente ni femeninas ni masculinas. Estas identidades pueden ser incluidas bajo la categoría de transgénero dado que mucha gente no binaria se identifica con un género distinto a su sexo asignado. Las personas no binarias puede que no se identifiquen con ningún género, con dos o tres, con un tercer género. O pueden fluir entre géneros, lo cual se denomina “genderfluid”.

Las personas transgénero presentan una identidad de género o expresión de género que difiere del sexo que les fue asignado al nacer. Si estas personas deciden hacer la transición a través de intervenciones médicas, entonces pueden identificarse como transexuales. Estos dos grupos de personas experimentan disforia de género, que se define como “un malestar significativo que la persona sufre por no haber concordancia entre su identidad de género y el sexo que les fue asignado al nacer”.

Actualmente, existe mucha discusión con respecto al carácter patológico de la disforia de género. No obstante, hay un acuerdo mayoritario en la comunidad profesional sobre lo perjudicial que es estigmatizar estos conceptos con etiquetas de trastorno o de enfermedad. Muchos grupos están luchando por aceptar la disforia como una variación normal de los seres humanos y así centrarnos en romper las nociones de género que tiene la sociedad y ayudar a las personas trans a llevar vidas más satisfactorias.

¿Cuál es tu experiencia sobre este tema?

Autor: Sergio Sarmiento Valero (Psicólogo)

Créditos de la imagen; Maria Ciocnadi y Emedièfeme

Para romper años de silencio

Las organizaciones de protección a la infancia llevaban años reclamando lo que está a punto de ser una realidad. Se aprueba en España una ley histórica a nivel mundial para proteger a la infancia. Ya es un hecho que muy pronto habrá miles y miles de personas que podrán resarcirse con su pasado. Esta ley extiende el plazo de prescripción de delitos de pederastia e incorpora un amplio conjunto de medidas de prevención del abuso y el maltrato infantil.

Es posible que para mucha gente no quede clara la importancia de esta ley en cuanto a sus implicaciones, además de ser una ley pionera a nivel mundial. Sitúa a España en el candelabro en cuanto a medidas de protección a la infancia ‒aumentando sus derechos‒ y lo convierte en un país sumamente avanzado.

En 2019, se registraron más de 40 mil delitos contra menores de edad, según datos del Ministerio del Interior español, que tomó como base denuncias y actuaciones policiales. De éstas, cerca de la mitad tuvieron como víctimas a un menor o una persona adolescente. Sin embargo, estamos seguros de que estos datos tan sólo muestran la punta del iceberg. Existen indicios de que la inmensa mayoría de casos no llegan a denunciarse ni siquiera a revelarse. Para muchas víctimas, sus abusos fueron secretos que se llevaron a la tumba.

Aunque es una ley que abarca una serie de aspectos relacionados con la protección a la infancia y a la adolescencia, consideramos que destaca principalmente la generosa prórroga en la prescripción del delito. Antes el tiempo de prescripción empezaba a contar a los 18 años. En la actualidad, casi se ha duplicado y se estipulan los 35 años como el punto de inicio de la cuenta atrás. De hecho, se pretende llegar a un punto en el que este tipo de delitos no prescriban nunca.

A título personal, puedo decir que fui víctima de abuso sexual infantil reiteradamente por parte de un primo segundo nueve años mayor que yo. A día de hoy, sólo tengo derecho a contarlo, pero nunca he tenido la oportunidad de denunciarlo, que es justo lo que me hubiera gustado hacer. Como víctima infantil puedo entender perfectamente las razones por las que generalmente alguien tarda en denunciar ese tipo de abusos.

En este sentido, un nombre alternativo a esta nueva ley es “Ley Rhodes” y esto se debe a la iniciativa y enorme implicación del pianista virtuoso ‒ originalmente británico, naturalizado español‒, James Rhodes. A decir verdad, hace varios años, Jordi Evole entrevistó al pianista y éste contó de una forma sumamente clara la forma en que vivió las repetidas situaciones de abuso sexual infantil que sufrió por parte de los curas de su colegio británico.

Su testamento, para mí, es el más claro que jamás he oído y en el que explica perfectamente cómo, a través de la disociación, pudo sobrevivir el trauma producido repetidamente. La disociación es un mecanismo de defensa, por medio del cual, la mente abandona el cuerpo y no vive de forma consciente el daño y el dolor que se está sufriendo. El problema surge cuando la persona se habitúa a disociar y en ocasiones pierde el control de cuándo disocia y cuándo no. El relato de James Rhodes, en mi experiencia, representa la vivencia más clara y mejor explicada que jamás he escuchado sobre el abuso sexual infantil y la disociación.

De ahí que me parece un digno impulsor y representante de dicha ley. A lo largo de los siglos, la violencia contra la infancia no sólo se ha relativizado, sino que se ha silenciado. Esto puede considerarse un crimen, realmente. Esta nueva norma tiene la finalidad de producir un cambio de paradigma. Tal como en su día ocurrió con la ley de violencia de género. Su objetivo es garantizar los derechos de los niños y adolescentes frente a cualquier forma de violencia. Una cuestión importante acerca de esta ley es que aborda de una forma exhaustiva, por ejemplo, desde el castigo físico hasta la violencia sexual o el ciberacoso. Asimismo, presenta medidas para la sensibilización, la detección, la protección y la reparación de las víctimas.

La idea es que de este modo se ponga fin a la tan acostumbrada impunidad, muchas veces debido al silencio de la víctima, de cualquier delito grave con algún menor. La pederastia es el delito que destaca, especialmente por la ampliación en los plazos de prescripción. Ahora, el tiempo del que dispondrá la víctima para denunciar comenzará a contarse cuando cumpla los 35 años, en contraste con los 18 actuales. Ello significa que el o los delitos no caducarán hasta que la víctima tenga al menos 40 años, y los casos graves podrán ser denunciados hasta la edad de los 55 años.

Otro aspecto a destacar tiene que ver con el hecho de que la víctima sólo tendrá que declarar una sola vez. Con esta medida se pretende evitar que la víctima tenga que revivir el trauma de los abusos, con la vergüenza y culpa que son tan comunes en las víctimas en general. Asimismo, se subrayan medidas que se centran en la prevención de este tipo de delitos, lo cual es fundamental.

Noemí Pereda ‒profesora de Victimología en la Universidad de Barcelona‒, añade: “Está muy bien como punto de partida. Pero lo que necesitamos ahora es que haya la dotación presupuestaria para poner en marcha todo lo que la ley dicta como lo que sería ideal. Y un plan plurianual para desarrollar las medidas necesarias: hay que ver cuándo, cómo y sobre todo con qué recursos se van a llevar a cabo”. Obviamente, es crucial contar con el presupuesto necesario, de lo contrario se convertiría en una ley vacía.

Esta nueva ley incluye otros importantes aspectos que revisaremos en futuros posts.

¿Qué opinas de esta nueva ley? ¿Conoces a víctimas de abuso sexual infantil que hayan revelado los abusos? De ser así, ¿han tardado hacerlo? ¿Por qué crees que es así?

Autor: Dr. Xud Zubieta Méndez

Créditos de la imagen; Maria Ciocnadi y Emedièfeme

Referencias:

Zubieta-Méndez, X. & Montiel, I. (2016). Factores inhibidores del abuso sexual infantil. Journal of Victimology.

Páginas web:

https://elpais.com/sociedad/2021-04-15/las-claves-de-una-ley-que-amplia-el-plazo-de-prescripcion-de-la-pederastia-y-refuerza-que-los-ninos-sean-escuchados.html

https://elpais.com/sociedad/2021-04-15/el-congreso-aprueba-una-ley-pionera-que-protege-a-la-infancia-frente-a-la-violencia.html

https://www.unicef.es/noticia/nueva-ley-de-proteccion-de-la-infancia-6-aspectos-destacar

https://theconversation.com/las-10-novedades-de-la-nueva-ley-de-proteccion-integral-a-la-infancia-y-la-adolescencia-frente-a-la-violencia-159108

https://www.senner.store/checkout/106415-JFY02764/thank_you

La pretendida transgresión del movimiento postporno

Es1989 en Nueva York. En el escenario del Teatro Harmony se encuentra una mujer con lencería de encaje recostada en un sillón con las piernas abiertas. Se introduce un espéculo dentro de su vagina e invita a los espectadores a observar con una linterna. “Asómense y verán que no tiene dientes”, decía riendo.

Hablamos del espectáculo “’Public cérvix announcement” de Annie Sprinkle, considerada la precursora del así denominado postporno. Proponía esta performance con la finalidad de parodiar los mitos y el secretismo que han rodeado a los genitales de las mujeres, animándolas de esta forma a explorar sus vaginas. Indignada con la industria del porno comercial ‒en la que había trabajado como actriz‒, pasó a dirigir sus propias creaciones audiovisuales y a organizar espectáculos en los que se desarrolla como artista y activista feminista.

¿En qué consiste el denominado “postporno”? Se trata de un movimiento artístico y político que busca reformular el mundo del porno. Lo hace transgrediendo los convencionalismos de la pornografía machista e intentando generar otro tipo de mirada hacia el sexo. Todo ello, sin renegar del estímulo sexual que producen los contenidos audiovisuales. Aquellas personas ignoradas por el porno convencional, toman las riendas y se graban expresando su sexualidad, transformándose en protagonistas con un guion que ellas mismas deciden. Los cuerpos que la industria del porno excluye o denigra se convierten en creadores y protagonistas. Las mujeres, las minorías sexuales, los cuerpos no-blancos o discapacitados, los transexuales, intersexuales y transgénero serían ejemplos de las personas que conforman este movimiento.

La industria del porno comercial presenta patrones sumamente estereotipados y repetitivos. Chicas jóvenes, exuberantes, cuidadosa y pulcramente depiladas. Acompañada generalmente de por lo menos un varón bien dotado ‒de quien solemos ver muy poco más allá de su espalda, brazos y genitales‒. Si bien es cierto que en las plataformas pornográficas podemos encontrar una gran variedad de géneros distintos, en la mayoría de los casos las prácticas sexuales que realizan son más o menos las mismas. Es decir, sexo oral por parte de ella, sexo anal y vaginal, y derivaciones del mismo, incluyendo dobles penetraciones como algo prácticamente habitual. Por el contrario, en las producciones del “movimiento postporno”, ocurren escenas distintas. En éstas, ya sea en directo ‒mediante performances‒ o a través de plataformas online, vemos cuerpos ‒que no suelen encajar en el estereotipo de belleza actual‒ llevando a cabo otro tipo de prácticas.

Un ejemplo de este movimiento lo podemos ver de la mano del artista trans Lazlo Pearlman, donde en una de sus más conocidas performances, desconcierta al público haciendo un striptease en el que termina mostrando su vulva. En la película “Fake Orgasm”, aparece tumbado sobre una cama completamente desnudo, mientras una serie de personas lo observan y le hacen preguntas sobre su cuerpo, identidad y su sexualidad. Pearlman utiliza su cuerpo como espejo para que el público sea consciente de sus prejuicios. Esta película explora la sexualidad a través de situaciones que rozan lo absurdo y analiza la dificultad de la sociedad para aceptar las propuestas ajenas al paradigma binario hombre-mujer.

Sin embargo, el postporno no sólo da visibilidad a aquellos cuerpos que desafían las normas de género o sexuales. Otro colectivo en el que se centra es el de las personas con diversidad funcional. Un ejemplo de esto lo vemos en el documental “Yes, we fuck!”, una producción que quiere abordar la sexualidad en personas con diversidades física, intelectual…, donde la gente participa, dialoga y, sobre todo, cuestiona temas vinculados al cuerpo y a la sexualidad. En este documental podemos ver ‒entre otros ejemplos‒ el relato de la primera experiencia con el BDSM de Oriol, un hombre con parálisis cerebral. O a Mertxe, una mujer ciega que asiste a un taller de orgasmos vaginales impartido por un chico trans.

Aunque puede parecer contradictorio, el objetivo del “movimiento postporno” no siempre es que el público se masturbe y tenga un orgasmo a fuerza de imágenes sexuales explícitas. No, más bien, es cuestionar y poner sobre la mesa el debate acerca del sistema heteronormativo y patriarcal en el que todos nos encontramos. Este movimiento busca acercarnos a la posibilidad de ver y de ser parte de contenidos provocativos, no sólo con fines masturbatorios, sino también y principalmente políticos.

El problema viene cuando nos preguntamos qué buscan generalmente las o los usuarios más asiduos del porno. Es improbable que se contenten con sesiones lúdicas sin masturbación o sin eyacular<

Cuéntanos, ¿habías escuchado hablar de este movimiento? ¿Qué opinas de estas performances tan controvertidas? ¡Te leemos!

Autora: Celeste Martínez Gavidia (Psicóloga)

Créditos de la imagen; Maria Ciocnadi y Emedièfeme

Referencias

Barros, G., Eksztain, M., Inda, N., Makintach, A., & Moscona, S. (2016). Postporno,¿ polisexualidad? Comentarios y reflexiones. Psicoanálisis, 38(1), 41-52.

Centeno, A.  & De la Morena, R. (2015). Yes, we fuck! [Vídeo]. Disponible en: https://vimeo.com/123177395

Melero, A. L. (2018). Procedimientos escénicos de deconstrucción de género. ACOTACIONES. Investigación y Creación Teatral, (41).

Romero Baamonde, M. (2019). Escena posporno. Desbordes disciplinarios en las prácticas artísticas pospornográficas.

Smiraglia, R. (2015). Sexualidades de (s) generadas: Algunos apuntes sobre el postporno. imagofagia, (6).

Vendetta, L. (19 de mayo, 2015). Donde las mujeres trans no están: su lenta inclusión en el porno feminista y queer. Recuperado de https://www.pikaramagazine.com/2015/05/donde-las-mujeres-trans-no-estan-su-lenta-inclusion-en-el-porno-feminista-y-queer/

Y un día la OMS aceptó que no sólo los heterosexuales eran “normales”

A mediados del siglo XX, la concepción patológica de la homosexualidad se mantuvo merced a un grupo de nuevos psicoanalistas. Su visión tuvo un fuerte impacto durante un tiempo.

Consecuentemente, cuando la APA publicó su primer manual diagnóstico ‒DSM‒ en 1952, éste clasificaba la homosexualidad como una “perturbación sociopática de la personalidad” y ‒en su segunda edición‒ como una “desviación sexual”.

Mientras los psiquiatras, médicos y psicólogos trataban de curar la homosexualidad, los investigadores sexológicos de mediados del siglo XX estudiaron a un grupo de individuos de un espectro más amplio, que no incluyese exclusivamente a sujetos de investigación que ya eran pacientes.

La investigación más importante en este respecto fue la liderada por el brillante Alfred Kinsey ‒te recomendamos la película sobre él‒. En los famosos Informes Kinsey, en los que se encuestó a miles de personas que no eran pacientes psiquiátricos, se encontró que la homosexualidad era mucho más común de lo que se pensaba, aproximadamente un 10% ‒aunque ahora se cree que está entre un 1% y 4%‒. Los estudios de Ford y Beach sobre comportamientos en diversas culturas y animales también ayudaron a refutar la idea de la comunidad psiquiátrica de que la homosexualidad era poco común y de que no se encontraba regularmente en la naturaleza. Finalmente, el estudio de Evelyn Hooker, en el que comparaba resultados en tests de 30 hombres gays y 30 hombres heterosexuales, refutó la creencia psiquiátrica de que los hombres gays presentaban perturbaciones mentales severas.

La psiquiatría americana mayormente ignoró la creciente cantidad de investigación sobre sexo e incluso mostró extrema hostilidad hacia los resultados que contradijesen sus propias teorías. Varios factores tanto dentro como fuera de la American Psychology Association ‒APA‒ colaboraron en la reconceptualización de la homosexualidad en el DSM: la investigación, el creciente movimiento anti psiquiátrico, el activismo gay y los cambios generacionales en la composición de la APA y del psicoanálisis, entre otros.

Las protestas consiguieron captar la atención de la APA, la cual comenzó a mobilizarse internamente con paneles educativos y discusión. Esta discusión tuvo su punto álgido en la reunión anual de la APA de 1973 en la que se llevó a cabo un debate sobre si la homosexualidad debía permanecer en la nomenclatura de la APA. Este debate dio paso también a una discusión sobre lo que se consideraba un trastorno mental. Robert Spitzer, que lideraba un subcomité que investigaba este tema, revisó las características de los trastornos mentales. Él se dio cuenta de que, exceptuando la homosexualidad y algunas de las otras “desviaciones sexuales”, todos causaban un malestar subjetivo significativo, o estaban asociados con un alguna deficiencia en el funcionamiento social. De este modo, al llegar a esta nueva definición de trastorno mental, el comité acordó que la homosexualidad no era uno. Finalmente, tras una votación en diciembre de 1973, se eliminó la homosexualidad del DSM.

Este proceso, aún tan reciente, nos muestra cómo la comunidad científica debe revisar constantemente sus ideas y jamás estancarse. Ahora mismo la disforia de género y los temas sobre personas trans está pasando por el mismo proceso, y de nuevo debemos velar por no caer en el sobrediagnóstico y ser conscientes del impacto del estigma que la categoría de trastorno mental tiene en la vida de muchas personas.

Autor: Jorge Valero Sarmiento (Psicólogo)

Créditos de la imagen; Maria Ciocnadi y Emedièfeme

Referencias:Drescher J. (2015). Out of DSM: Depathologizing Homosexuality. Behavioral sciences (Basel, Switzerland), 5(4), 565–575. https://doi.org/10.3390/bs5040565

Homosexualidad en la Historia

Puede ser que las más jóvenes generaciones crean que las personas homosexuales nacieron con derechos, pero no siempre ha sido así. En este post queremos contar el devenir que ha llevado al punto actual en que no sólo las personas heterosexuales tienen derechos. ¡Cuántas personas gays han salido del armario desde entonces!

Aquí empezamos: En 1973, la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) quitó el diagnosis de “homosexualidad” de la segunda edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales (DSM). Esto resultó de la comparación entre teorías que competían por explicar la homosexualidad, unas que la veían como algo patológico y otras que la veían como algo normal.

A través de la historia han existido numerosas teorías sobre la homosexualidad que pueden clasificarse en 3 tipos principales: patología, inmadurez y variación normal.

  1. Teorías de patología

Estas teorías consideran la homosexualidad adulta como una enfermedad y, consiguientemente, como algo que los profesionales de la salud mental deben tratar. Estas teorías mantenían que la homosexualidad era algo malo, tanto físicamente como moralmente, y fueron usadas como justificación para el internamiento de homosexuales en centros psiquiátricos, para la creación de terapias de conversión y, en general, para la discriminación.

  • Teorías de la inmadurez

Estas teorías, de carácter psicoanalítico en su mayoría, consideraban la expresión de conductas o sentimientos homosexuales durante la juventud como un paso normal en el desarrollo de la heterosexualidad adulta y, por tanto, aquellas personas que persistiesen siendo homosexuales en su adultez presentarían algún tipo de retraso en el desarrollo. Estas teorías consideraban la homosexualidad como algo benigno o, por lo menos, no tan malo como las anteriores.

  • Teorías de la variación normal

Estas teorías trataban la homosexualidad como una diferencia natural que afecta a una minoría de personas, como ser zurdo. Estas teorías consideran la homosexualidad como algo bueno o neutro y algo que no tiene cabida en los manuales diagnósticos.

Durante la mayor parte de la historia de Occidente, la opinión oficial sobre los significados de los comportamientos homosexuales eran principalmente área de las religiones, la mayoría de las cuales consideraban la homosexualidad como algo moralmente “malo”. Cuando, durante el siglo 19, el poder comenzó a transferirse de una autoridad religiosa a una secular, la homosexualidad, así como otros “pecados”, recibieron un mayor escrutinio por parte de la ley, la medicina, la psiquiatría, la sexología y el activismo por los derechos humanos. Finalmente, las categorías religiosas como “posesión demónica”, “ser un borracho”, y “sodomía” fueron transformadas en las categorías científicas de “locura/enfermedad mental”, “alcoholismo” y “homosexualidad”.

De este modo, la historia moderna de la homosexualidad comienza durante la mitad del siglo 19, principalmente con los tratados de Karl Heinrich Ulrichs, a quien se considera uno de los primeros defensores de los derechos gays. Estos tratados criticaban las leyes alemanas que criminalizaban las relaciones entre hombres. Karl hipotetizó que algunos hombres nacían con el espíritu de una mujer atrapado dentro de sus cuerpos, así como algunas mujeres nacían con el de un hombre, y que ambos constituían un tercer sexo.

En 1869, un periodista húngaro llamado Károli Mária Kertbeny, acuñó por primera vez los terminos “homosexual” y “homosexualidad” en un tratado político en contra de una ley de Prusia que criminalizaba el comportamiento homosexual entre hombres. Kertbeny presentó una teoría en la que consideraba la homosexualidad como innata e invariable, argumentos acordes a las teorías de la variación normal.

Richard von Krafft-Ebing, un psiquiatra alemán, presentó una de las primeras teorías de patología, en la que describía la homosexualidad como un desorden degenerativo. En su libro Psychopathia Sexualis de 1886, adoptaba la terminología de Kertbeny pero no su visión, describiendo los comportamientos homosexuales desde la óptica darwinista del siglo 19: los comportamientos sexuales que no estaban destinados a la procreación ‒incluida la masturbación‒ eran formas de psicopatología. Este autor fue muy influyente en la comunidad médica y científica, extendiendo tanto el término “homosexualidad” como su condición de patología, lo cual tuvo un impacto definitivo en los manuales psiquiátricos del siglo 20.

Freud concibió una nueva teoría en la que todas las personas nacen con tendencias bisexuales y que las personas adultas homosexuales simplemente tienen un retraso en su desarrollo psicosexual. Aún estando este retraso presente, Freud mantuvo que la homosexualidad no se podía considerar un vicio o una degradación, ni podía clasificarse como una enfermedad, y mantenía que cualquier intento de curarla sería fútil. Tras su muerte, algunos psicoanalistas de la siguiente generación volvieron a clasificar la homosexualidad como patológica y ofrecieron “curas” que habían eludido a su predecesor, volviendo ellos de este modo a la visión que tantos investigadores ‒incluidos muchos psicoanalistas‒ habían tratado de refutar.

Autor: Jorge Valero Sarmiento (Psicólogo)

Créditos de la imagen; Maria Ciocnadi y Emedièfeme

Free the Nipple

¿Alguna vez te has preguntado por qué socialmente los pezones femeninos son percibidos como libidinosos, lascivos y obscenos, pero los masculinos están vistos con buenos ojos?

Como mínimo, resulta curioso y llama la atención la doble moral que prohíbe y estipula como un tabú la visibilidad del cuerpo humano con total naturalidad. Incluso lanzando el mensaje de que la exhibición pública de los senos y los genitales es un acto sucio, pecaminoso y hasta desagradable. Realmente esta idea refleja un tipo de violencia directa hacia la libertad y la sexualidad de las personas ‒y, concretamente, hacia el cuerpo de la mujer‒. En relación a este punto, aún a día de hoy, existe el tabú y la estigmatización generada sobre de las mujeres que dan de mamar en público. ¿Qué puede tener de sexual y escandaloso ver a una madre alimentar a su bebé? ¡Por favor, más sensatez y menos mojigatería y conservadurismo!

Resulta paradójica la normalización de una escena cargada de violencia –típico de las películas de Saw, por ejemplo–, pero no así todo aquello relacionado con la visibilidad del cuerpo humano “como dios nos trajo al mundo”. No hay por dónde abordar ese razonamiento. Desde luego, el legado judeocristiano y puritano en el que tanto los hombres como las mujeres estamos inmersas e inmersos se ha encargado de tener bien controladas, sumisas y calladas a las mujeres, de forma especial. No sea que caigamos en el “libertinaje”, por favor. ¡Cuánto daño ha hecho el patriarcado!

En este punto nace el movimiento Free the Nipple (o “liberen el pezón”, en español).

Con el auge de las redes sociales el movimiento feminista gracias ha ganado mucha fuerza. La conciencia acerca de la situación de discriminación y violencia que vive la mujer hacia su cuerpo, su sexualidad y su persona por el mero hecho de ser mujer es cada día más evidente. La población comenzó a despertar y en el año 2013, Lina Esco dijo “¡basta!”. Esta joven es conocida como la pionera del movimiento Free The Nipple, cuyo objetivo es lograr la equidad social a través del empoderamiento, la igualdad y la libertad de las mujeres y, por resonancia, de los hombres.

Este movimiento adquirió especial relevancia tras la censura en diversas redes sociales ‒como Facebook, Instagram o Tik Tok…‒ de imágenes donde aparecían pezones femeninos, explícitamente. El enfado y la crítica social se hizo viral a través del hashtag #FreeTheNipple, el cual cada vez está adquiriendo un mayor eco. Lo mismo ocurre con el desafío de las leyes que rigen esta prohibición a través del lema, “Mi cuerpo, mis normas” y “No es No”. Este último está relacionado con el consentimiento explícito a la hora de mantener relaciones sexuales. Paralelamente. existe un movimiento llamado “Don’t Delete Art” ‒no elimines mi arte, en español‒ que denuncia la censura y “desaparición” de imágenes, dibujos o creaciones artísticas de “desnudos” realizadas por los propios autores, con la finalidad de difundirlas y dar a conocer su trabajo.

En los países escandinavos, concretamente en Noruega, la realidad social es bien distinta. Existe un programa de televisión muy transgresor en el que se imparte educación afectivo sexual a niños y niñas del país. En el formato propuesto aparecen cuerpos de hombres y mujeres completamente desnudos, como modelos reales ‒en lugar de imágenes ficticias a la hora de realizar las charlas‒. Evidentemente no se les ven los rostros para proteger sus identidades, algo que aquí todavía sería impensable. En esta misma línea se encuentra la ya conocida y polémica idea de imponer un “veto parental” –un tema en sí mismo e interesante que se abordará en otro post–.

Aún a día de hoy queda un largo trecho por recorrer en España y en muchos lugares del planeta. La sociedad necesita adaptarse y prepararse para un mundo contemporáneo que avanza cada vez más rápido, a través de una buena educación y muchísima pedagogía.

¿Estarías a favor de que se emitieran talleres de educación con una perspectiva afectivo sexual en la televisión pública, siguiendo el modelo propuesto en Noruega? ¿Qué opinas de la censura en redes sociales de la desnudez humana? ¿Crees que las pautas comunitarias de las redes sociales son demasiado restrictivas?

Autora: Vanesa Romero Ballester (Psicóloga y Sexóloga)

Créditos de la imagen; María Ciocnadi y Emedièfeme

Fuentes: Benavent, I. (2020). Una campaña para liberar los pezones en Instagram. https://irebenavent.com/normalizar-pezones-en-instagram/

García C. (2021). El Arte que censuran las redes sociales. La razón, https://www.larazon.es/cultura/20210201/3f2e2ysqvfas7l6ri5f52sjdjm.html

#FreeTheNipple #Censura #Feminismo #EmpoderamientoFemenino #Pezón #Pezones

8 series recomendables sobre sexo

Se podría decir que, actualmente, las teleseries son las reinas del entretenimiento. La amplísima variedad que presentan y su formato episódico y dinámico les otorgan un carácter absolutamente adictivo. Por estas razones resultan un medio idóneo para transmitir ideas y educar. En este artículo presentamos una modesta selección de series que nos pueden aportar conocimientos sobre algunos aspectos del infinito universo de la sexualidad, a la vez que nos divierten y entretienen. El esfuerzo está puesto en evitar hacer “spoilers”.

Big Mouth (Netflix)

Big Mouth es una serie animada que sigue a varios personajes adolescentes en su viaje a través de la pubertad. Los protagonistas tienen asignados unos monstruos llamados “monstruos de las hormonas” que les sugieren acciones acordes a los impulsos de los adolescentes.

El concepto de la serie es especialmente entretenido y los detalles sobre el proceso de la pubertad, aunque exagerados, están bien realizados. La serie además cuenta con algunos capítulos de educación sexual explícita, y aprovecha cualquier oportunidad para tratar de enseñarnos, o recordarnos, algo sobre lo que pudo representar en nuestra vida la vorágine de la “revolución hormonal”, que representa la pubertad.

Sex Education (Netflix)

Sex Education muestra los periplos de Otis, un adolescente inseguro sobre el sexo y sus padres, una pareja de sexólogos divorciados. Otis, quien vive con su madre, empedernida de la sexología, comienza una serie de aventuras tras accidentalmente darle consejo sexual al bully del colegio. Tras un resultado sorprendentemente positivo decide montar un consultorio muy “ad hoc” para sus compañeros de instituto.

Resulta importante añadir esta serie a la lista puesto que trata el tema de la educación sexual de un modo muy directo. En ella podemos observar el trabajo de la sexología, además de cómo los adolescentes se enfrentan al sexo y a las dudas y disyuntivas que éste les genera. No cabe duda que entre los guionistas hay expertos en sexología.

It’s a Sin (HBO)

Esta serie sigue las vidas de 3 chicos gays en Londres durante la epidemia de sida de la década de los 80. La serie hace saltos temporales que nos permiten observar una variedad de aspectos sobre esta epidemia desde distintos puntos de vista en la historia. Desde su aparición en Estados Unidos a finales de los 70, hasta las manifestaciones por un trato justo de los gays, las medidas de Margaret Thatcher, los grupos de apoyo para enfermos, el desconocimiento absoluto del público sobre la enfermedad… por mencionar algunos ejemplos.

Es una serie fundamental, tanto desde el punto de vista histórico como del sexual.

Euphoria (HBO)

Euphoria sigue la historia de Rue, una chica adicta a las drogas, y su relación con Jules, una chica trans que acaba de mudarse al pueblo de Rue.

La serie contiene varios aspectos de interés sobre la sexualidad, como pueden ser las relaciones tóxicas o abusivas, la adicción al sexo o el uso excesivo de las apps de contactos, la prostitución online, entre otros. No obstante, lo que puede resultar de sumo interés es el personaje trans, que además de darle visibilidad al colectivo, está escrito de una manera sobria y real, que nos permite observar con un poco más de detenimiento a un colectivo tan desconocido, que genera tantas dudas y, ciertamente, muy poco entendido por el público general.

Special (Netflix)

Special trata de un chico gay con parálisis cerebral que finalmente decide mudarse de la casa de su madre para trabajar y comenzar a vivir su sexualidad libremente. Cabe mencionar que hasta entonces no se siente capaz de hacerlo.

La serie, además de ser bella, sensible, empática y divertida, da visibilidad a un ámbito del que se suele hablar poco: cómo las personas con diversidad funcional viven su sexualidad. Qué importante que se traten estos temas y se encuentren al alcance del público en general.

I May Destroy You (HBO)

Esta serie sigue a una escritora que, mientras trata de superar su bloqueo en la escritura de su segundo libro, sale de fiesta con amigos y sufre una violación de la que recuerda muy pocos detalles.

La serie trata de una manera fresca y real un conjunto muy amplio de aspectos de la sexualidad actual. Además nos permite observar algunas de las consecuencias que tiene este tipo de evento traumático en una persona.

You, Me, Her (Netflix)

Esta serie sigue la historia de un matrimonio joven que, tras un estancamiento en el área sexual, decide introducir a una escort ‒o chica de compañía‒ de la que progresivamente se enamoran hasta que deciden decantarse por una relación poliamorosa.

Las relaciones poliamorosas son un tema de gran interés actualmente y del que se suele saber muy poco. Esta serie nos permite observar una relación de este tipo y de los sentimientos o dudas que pueda generar.

Bonding (Netflix)

Bonding sigue a una estudiante de psicología que trabaja de dominatrix para pagarse los estudios. Asimismo, trata de su mejor amigo del instituto, con el que reconecta tras muchos años y al que decide ofrecerle ser su asistente.

Esta serie amplia su perspectiva para incluir y permitirnos observar algunos conceptos sobre BDSM; como por ejemplo puede ser el sadomasoquismo, pero con un toque humorístico, relajado y desenfadado.

Cabe mencionar, aunque no sea una serie, el programa Slutever (Vice), que explora una amplia cantidad de aspectos sobre sexo y género.

Autor: Jorge Valero Sarmiento (Psicólogo)

Madres de alquiler vs vientres subrogados

Recientemente salió a la luz la disputa entre el cantante Miguel Bosé y su expareja, el escultor Nacho Palau debido a una inusual situación a la hora de crear a su familia. Tienen grandes discrepancias sobre la filiación de sus cuatro hijos. El quid de la cuestión es que estos cuatro críos fueron concebidos mediante gestación subrogada en Estados Unidos de América, ya que España no lo permite. Presuntamente, dos de los pequeños llevan el ADN de Bosé y los otros dos el de Palau. El cantante insiste en que los 4 menores no sean considerados hermanos legalmente, mientras que Palau pide que sus cuatro hijos se eduquen en igualdad de condiciones, dado que ambos progenitores llegaron al acuerdo de crear una familia de estas características, por delante de los tiempos legales que les ha tocado vivir. Con respecto a nuevos modelos de familias, éste es sólo de uno de los cuantiosos ejemplos que podemos encontrar.

En muchos países ‒aún en la actualidad‒ las parejas homoparentales topan con una infinidad de dificultades para ser reconocidas legalmente como una familia. Por ende, para iniciar un proceso de adopción, en ocasiones se ven en la tesitura de tener que ocultar su orientación sexual y si la explicitan y se la conceden lo hacen solamente a uno de ambos cónyuges. En este punto se plantean la opción contratar una madre o vientre de alquiler.

El debate de la gestación subrogada se encuentra en un bucle que sigue generando una enorme controversia en nuestra sociedad, especialmente dentro del feminismo. Tanto es así que ‒a mi juicio‒ corremos el peligro de caer en una posición negacionista y algo absolutista en relación a la libertad de elección de la mujer respecto a qué hacer con su cuerpo.

Evidentemente los embarazos subrogados no deberían ‒en ningún caso‒ legislarse en casos de abuso, explotación o trata, pero tampoco podemos dar la espalda a las mujeres que libremente y de forma altruista puedan estar de acuerdo en gestar para otras personas sin ánimo de lucro. Recordemos que el consentimiento lo es todo. Esto ya ocurre y está legislado así en el Reino Unido. Tal vez, lo que para muchas personas resulta impensable para otras no lo es. Ay, ¡cuántas cosas parecían anti–naturales hace pocos años! ¿Realmente tenemos toda la información o solamente conocemos una pequeña parte? Abro debate.

Bien es cierto que en algunos países en desarrollo existen las llamadas “granjas de mujeres” donde las mafias trafican con los vientres de mujeres que, claramente, se encuentran en una situación precaria. Éstas son inseminadas con los embriones de familias adineradas para posteriormente entregar el bebé a “sus padres” cuando nazca. Por supuesto, estos casos tienen que ser denunciados, pero considero un error generalizarla a todas las demás. ¿Qué hay del deseo de las parejas de hombres gays de ser padres? Recordemos que, en España, aunque la adopción se permite, no hay niños para ser adoptados y muchos otros países no ofrecen esta opción a hombres solos ni a parejas de hombres gays. Por lo tanto, no puede ésta considerarse una opción realista por mucho que haya grupos de gente que insista en esta opción, como si se tratara de una posibilidad real. Evidentemente, para un hombre gay ser es un deseo y no una necesidad, pero si alguna mujer estuviera dispuesta a ser madre altruistamente, ¿les negaríamos este deseo? No todas las parejas tienen el poder adquisitivo que tiene Bosé… Cabe mencionar que el sistema sanitario español hasta hace no mucho tiempo permitía y subvencionaba la reproducción asistida en casos de mujeres solteras ‒lesbianas o no‒ o a parejas de lesbianas que deseaban formar una familia. Algo que para los hombres obviamente no es una opción porque dependen de un vientre para conseguirlo.

Tengo que admitir que como mujer ‒y como feminista‒ me ha generado sentimientos contradictorios ‒y en parte todavía ocurre‒. Aun así, considero y sugiero que lo más sensato es que abramos nuestra perspectiva y conozcamos los distintos puntos de vista por parte de diversas mujeres que hayan vivido o estarían dispuestas a vivir esta experiencia.

¿Estarías a favor de abrir un debate entre la gestación subrogada versus los vientres de alquiler? ¿Consideras que ambos términos son sinónimos? ¿Cuál es tu postura en el caso de que la mujer decidiera libremente ‒sin estar coaccionada por un negocio sin escrúpulos que la sometiera y se aprovechara de una posible situación extrema, como la pobreza‒ ser madre subrogada de una forma totalmente altruista? ¿Has conocido a alguna mujer que haya sido madre subrogada de forma altruista o se lo haya planteado? ¿En tu caso personal lo has hecho? ¿Lo harías? ¿Qué solución realista tienen los hombres gays para formar una familia?

Autora: Vanesa Romero Ballester (Psicóloga y Sexóloga)

Fuentes: https://www.lavanguardia.com/gente/20201019/484166854303/juicio-bose-palau-filiacion-hijos-gemelos.html

https://www.eldiario.es/opinion/tribuna-abierta/vientres-alquiler-gestacion-subrogada_129_3298066.htmlhttps://www.redalyc.org/jatsRepo/2738/273860963020/html/index.html

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La primera masturbadora de América

Hoy queremos hacer un homenaje a Betty Dodson, una enorme referente de los siglos XX y XXI, que nos ha dejado este 3 de noviembre. La sexología tiene una gran deuda con ella y son innumerables las mujeres que encontraron la forma para llegar al orgasmo merced a las técnicas y la actitud hacia la sexualidad de esta extraordinaria mujer. Betty Dodson falleció a los 91 años. Una parte importante de su trabajo fue ayudar a quitar la culpa a las mujeres por sentir placer a través de su sexualidad.

Betty Dodson, durante una época, fue conocida como “la primera masturbadora de América”. Se trata de una activista del feminismo y, más concretamente, una defensora de la liberación sexual de la mujer.

Sabemos que ya en 1973 comenzó a organizar talleres con el objetivo de que la mujer aprendiera a valorar la belleza de sus genitales. En éstos enseñaba a explorar la variada experiencia del orgasmo, al ejercitar su destreza masturbadora.

“Sexo para uno” es la versión castellana de su obra clásica, “Liberating masturbation”, que la catapultó a la notoriedad estadounidense. También publicó “Self love” −Amor propio− en los 80 y se convirtió en un clásico feminista. En 1992, Dodson obtuvo un doctorado en sexología y, como resultado de su trabajo, ha publicado varios libros en torno a la masturbación. La sexóloga en muchas ocasiones ha sido insultada, vituperada y el objeto de diversos improperios.

En su best seller, “Sexo para uno”, el mensaje de la autora es inequívoco: “La responsabilidad por la satisfacción sexual están en las manos de cada persona”. Esto le ha valido la etiqueta de “primera masturbadora pública de América”. Es una incansable defensora de las prácticas masturbatorias y lleva décadas reivindicando su importancia. Considera que existen muchísimas personas que están muy “verdes” con respecto a la masturbación. Principalmente porque, según ella, en nuestra cultura la masturbación no tiene un valor social o personal. Y nos pregunta “incluso hoy día, ¿a cuántas personas les produce vergüenza hablar abiertamente sobre sus propias prácticas masturbatorias?”.

Afincada en Nueva York, en su afán por promover la masturbación como una práctica sana y saludable, tal y como cuenta en sus libros, ha organizado innumerables talleres de masturbación. Inicialmente, los talleres sólo estaban dirigidos únicamente a mujeres, pero la popularidad que cobraron la llevaron a realizar talleres mixtos. Quizás lo que más resalta del trabajo de esta sexóloga, es la habilidad para enseñar a sus alumnos a sentirse a gusto consigo mismos y con su sexualidad. Algunas anécdotas relatadas en su libro desprenden un gran sentido del humor, mucha perseverancia y creatividad. Sin duda, la doctora Dodson es una mujer bastante excéntrica.

Una de sus propuestas que más la caracterizan es, “Organizar un movimiento sexual positivo con millones de activistas que se unan conmigo en barricadas contra la ignorancia sexual. Si eres un amigo o amiga del sexo a quien le gustaría expresarlo, empieza hoy mismo disfrutando de sesiones de amor propio sin ningún tipo de culpa ni necesidad de pedir perdón por ello. Hazlo público contando a algunas de tus amistades cuáles son tus técnicas para masturbarte y describe tus mejores orgasmos. Finalmente, compartir la masturbación con otra persona te convierte en activista del renacimiento erótico del siglo XXI”.

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¿Te gustaría tener a un gay como vecino?

En la segunda parte del siglo XX, no ser heterosexual dejó de criminalizarse. La retirada de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales dio lugar al surgimiento de un movimiento de liberación del yugo heteropatriarcal por parte de hombres gays y lesbianas, así como todo tipo de personas no heterosexuales, que marcó un nuevo clima moral en Occidente. Las letras del movimiento van en aumento y corremos el peligro de contar con todas las letras del abecedario: LGTBIIQ+ de momento, no consigue incluir a todas las identidades identificadas hasta el momento.

Está claro que nada permanece estático, y la actual Unión Europea debe enfrentarse a nuevos retos sociales, muchos de ellos relativos a su expresión hacia la facción del Este y el conflicto con otras mentalidades.

Hace unos pocos años se realizó un interesantísimo estudio por parte de dos científicos de la Universidad de Zagreb. Intentaron evaluar los macrodeterminantes de actitudes negativas hacia las homosexuales en 31 países de Europa. Algo que motivó su estudio fue la diferencia percibida en cuanto a comportamientos y actitudes hacia las personas homosexuales de la “nueva” Unión Europea comparados con aquellos de la “vieja” UE. Cabe subrayar que es difícil encontrar estudios de estas dimensiones y características. Por lo tanto, es de especial interés y aquí les presento una versión muy simplificada y resumida de los resultados.

Inicialmente, la investigación se efectuó en 33 países, aunque al final 2 de ellos fueron descartados. Se realizaron entrevistas cara a cara en el domicilio de la persona entrevistada, con un cuestionario de 112 preguntas. La muestra estuvo formada por números de participantes que iban de 900 a 2000 en cada país, y se estudiaron nada menos que 332 variables.  Uno de los focos de interés fue la “homonegatividad” ‒o actitud negativa hacia las personas homosexuales‒, se evaluó a través de dos cuestiones.

  1. Grupos de personas que no me gustaría tener como vecinos: “No me gustaría tener de vecino a una persona homosexual”.
  2. La homosexualidad siempre puede estar justificada: Nunca o sólo en algunas ocasiones.

Los resultados arrojaron interesante información. En comparación con los antiguos miembros de la UE, los nuevos miembros expresaron una mayor “homonegatividad”. Las diferencias se observaron también dentro del viejo grupo de la UE. Por otro lado, en los países escandinavos y en Holanda se encontró la mayor aceptación de la homosexualidad en Europa Occidental. En algunos países mediterráneos ‒Portugal, Italia y Grecia‒ y en Irlanda se encontró la menor aceptación.

En diversos países de Europa Central y Europa del Este ‒entre los que destacan Polonia y Rumania‒ hay una fuerte oposición política y de índole sociocultural contra los derechos sexuales y, obviamente, los homosexuales. En el bloque de la oposición se encuentran invariablemente los miembros de cada iglesia nacional, así como diversos grupos políticos ‒a menudo eurofóbicos y de derechas‒.

Los resultados sugieren que las actitudes negativas hacia la homosexualidad son más comunes en la “nueva” Europa. Sólo un país europeo no occidental ‒República Checa‒ está entre los 10 países europeos que muestran una mayor aceptación con respecto a la homosexualidad.

Se encontró que la oposición a los derechos homosexuales estaba sustancialmente más presente en los países europeos centrales u occidentales. Mientras que, por ejemplo, una enorme mayoría de ciudadanos holandeses, el 82%, apoyaban el matrimonio homosexual, mayorías comparables de participantes en Letonia, Grecia y Polonia rechazaban esa misma propuesta… Recientemente hemos visto cuánta gente en Francia se opone a este derecho.

Para los curiosos de las cifras, tenemos los siguientes datos. En respuesta a la primera cuestión, es decir, «No me gustaría tener un homosexual como vecino», presentamos este resumen de los porcentajes más altos: Lituania (67,6%); Ucrania (65,7%); Rumania (65,2); Bielorrusia (63,3); Rusia (57,9%); Polonia (55,2%); Bulgaria (53,9%); Croacia (52,8)… España (16,4%) se encuentra entre los porcentajes más moderados, y el más positivo corresponde a los habitantes de Suecia (6,1%).

En cuanto a la segunda cuestión, «La homosexualidad nunca puede estar justificada», los porcentajes más altos quedaron así: Hungría (86,4%); Lituania (76;6%); Letonia (75%); Rumania (77,7%); Rusia (68,4%); Ucrania (68,0%); Croacia (64,5%); Malta 58,1%); Bulgaria (56,7%); Polonia (53,2%); Estonia (51,1%); Bielorrusia (52,5%)… España (-0,5); Suecia (-41,9%). Las cifras negativas, obviamente, indican desacuerdo.

Podemos concluir diciendo que sería un error asumir que el desarrollo económico necesariamente crea una convergencia moral y un respeto universal de los derechos humanos. Queda claro que se requiere también de una intensa y extensa labor educativa.

¿Qué te parecen los datos? ¿Qué factores crees que contribuyen al respeto de los derechos de las personas no heterosexuales? ¿Cómo hubieras respondido tú a las preguntas?

Autor: Dr. Xud Zubieta-Méndez

Artículo completo:

Stulbufer, A. & Rimac, I. (2009). Determinants of Homonegativity in Europe. Journal of Sex Research, (40) 1, 24-32.

La ilustración es de Ben Cohen, jugador de rugby profesional, activista y defensor de los derechos LGTBI+.

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Modelos de Sexualidad

Durante el mes de junio se celebra el mes del orgullo LGTBIQ+ y desde conSEXtido nos gustaría mostrar una visión más amplia e inclusiva respecto a la sexualidad.

En la actualidad, una de las quejas que más encontramos en nuestra profesión es que los y las jóvenes sienten que no cuentan con un modelo de sexualidad suficientemente diverso. ¿A qué nos referimos? Imagina una mujer que se siente atraída por hombres, pero que se considera más masculina que femenina. Es decir, no le gusta llevar faldas, tacones ni los labios pintados, sino que le gusta llevar pantalones, zapatillas y prescindir de maquillaje. Otro ejemplo: Una mujer transexual que nació siendo un hombre, biológicamente hablando, y decidió iniciar la transición para ser físicamente una mujer, porque así se siente y se reconoce. A su vez, esta persona se siente atraída por mujeres. Por tanto, la diversidad sexual hace referencia al gran abanico de posibilidades y combinaciones que tiene la sexualidad humana y necesita ser visibilizada.

¿Cuál es el problema? Hoy día, la educación sexual que recibimos ‒de forma directa o indirecta‒ es bastante pobre y escasa. El modelo o prototipo predominante es el heteronormativo. La heteronormatividad estipula que la sociedad acepta aquellas relaciones de pareja formadas por un hombre y una mujer, excluyendo el resto de orientaciones sexuales, identidades sexuales y géneros ‒los cuales componen la diversidad sexual‒. Dentro de éste, la visión predominante es la de una pareja que sea relativamente joven con un físico atlético, de edades similares, generalmente de etnia blanca y un nivel socioeconómico medio-alto. Un gran número de personas no se sienten representadas por este modelo, pero quizá aspiran desesperadamente a encajar en éste. Incluso, puede que se sientan señaladas e incomprendidas.

En la actualidad, por desgracia, no tenemos modelos de sexualidad que representen la diversidad sexual, cultural y social característica del siglo XXI. Por ejemplo, las personas con diversidad funcional ‒psíquica, física o sensorial‒. Muchas veces este colectivo queda marginado y, por ello, es importante visibilizarlos y reivindicar su derecho al acceso a una buena educación sexual y disfrutar de una vida sexual plena y feliz.

Parte de la cuestión se debe a que la mentalidad religiosa y conservadora sigue predominando en nuestra cultura. Seguramente habréis escuchado este mensaje: “si practicas relaciones sexuales antes del matrimonio estás cometiendo un pecado e irás al infierno”. Esta visión concibe la sexualidad como un fin reproductivo. Es decir, “si follas tiene que ser para quedarte embarazada y traer hijos al mundo”. Esto resulta algo peligroso porque provoca una mezcla de sentimientos que angustian y confunden a la persona, especialmente a las mujeres, dado que “debemos ser correctas, castas y puras”.  Esta educación no tiene en cuenta el derecho de las personas a elegir cómo y con quién queremos disfrutar y compartir nuestra sexualidad. Esto es lo que los colectivos ultraconservadores pretendían hace unos meses con el “el bus de la transfobia” y con el “pin o veto parental” en la escuela. Es un ataque a los derechos humanos y sexuales de los niños y niñas.

Esta cuestión ya debería estar normalizada y nos hace ver que, como sociedad, tenemos todavía una tarea muy larga por delante. En resumen, siéntete libre de amar y compartir tu sexualidad con quien o quienes te apetezca, si te hace feliz. ¡Siempre con responsabilidad!

¿Te sientes representado/a por los modelos existentes de sexualidad? ¿Qué información crees que deberían incluir éstos? ¿Sientes que has recibido una educación sexual integral que normaliza la diversidad? Si no es así, ¿qué piensas que debería incluir? ¿Conoces a alguien que haya pasado por el proceso de transexualidad? ¿Crees que la pornografía refleja la realidad de la sexualidad?

Fuentes:

https://www.sexualidadfuncional.es/

http://revistas.uned.es/index.php/Tendencias/article/view/27750/21604

Autora: Vanesa Romero Ballester (Psicóloga y Sexóloga)

Mes del Orgullo en la Diversidad Sexual

Aunque lejos han quedado los tiempos en que no ser heterosexual equivalía a un crimen o un delito, según dónde, nos gusta celebrar el “Mes del Orgullo en la Diversidad Sexual”. Es algo que nos agrada porque además de que la diversidad suma, ésta contribuye a que podamos crear un “dream team”, combinando todo lo que cada persona aporta. Al final, nos quedamos con el arco iris como símbolo de esta diversidad. Su belleza radica en la mezcla de colores ‒con sus infinitas tonalidades‒ los cuales, combinados, forman los elementos universo del Universo, en el que hay espacio para todos los colores con sus infinitos tonos y matices.

En países como España nuestros derechos sexuales encuentran un cierto respeto y, por lo menos, la ley en teoría castiga la homofobia, por dar un ejemplo. No obstante, esto no significa que se hayan logrado todas las metas deseables para que en la realidad de la vida diaria se respeten dichos derechos sexuales. No es lo mismo vivir en una gran urbe que en un pueblo pequeño rodeado de gente conservadora y prejuiciosa. Esto sigue existiendo en muchos lugares del mundo y nuestra querida España no se salva por completo de esto.

Existen otros lugares en el mundo en el que la situación puede ser bastante más lamentable. A continuación, deseo compartir parte de una carta que me ha llegado hoy para sumarme a una causa social.

“Mi nombre es Melusi y soy de eSwatini, antes conocida como “Swazilandia”, un país litoral en el sur de África, que todavía tiene una ley anti-gay colonial y anticuada. Para luchar contra esta ley que convierte mi amor en algo ilegal, fundé un grupo activista llamado Minorías sexuales y de género eSwatini (ESGM). Sin embargo, cuando tratamos de registrar la organización, el Registrador de eSwatini rechazó la solicitud, argumentando que nuestro propósito es ilegal porque las relaciones entre personas del mismo sexo son ilegales en el país. Aun así, estamos luchando. Llevamos al Secretario a los tribunales y la audiencia está programada para el 24 de junio. Turkmenistán criminaliza las relaciones entre personas del mismo sexo, al igual que mi país. El 7 de mayo, un famoso artista y varios otros hombres fueron condenados a dos años de prisión solo por ser homosexuales.”

Por otra parte, tenemos que en 2018, el gobierno del Reino Unido se comprometió a erradicar las curas gay. Aunque, desde entonces, no han hecho nada. Después de que Alemania declarase ilegal la terapia de conversión, esta iniciativa está aumentando en el Reino Unido.

A día de hoy, podemos asegurar que en España están prohibidas este tipo de terapias y su incumplimiento puede implicar el ingreso en prisión. Hace poco conocimos algunos casos dentro de ámbitos cristianos en los que se pretendía “curar la homosexualidad” y la ley española ha dejado claro que se trata de un delito.

¿Consideras que todo aquello que no sea heterosexual es anormal y algo que debe curarse?

Autor: Dr. Xud Zubieta-Méndez

Tipos de Homofobia

En el marco social, uno de los grupos más discriminados, maltratados e insultados ha sido el colectivo LGTBIQ+. Desde sus inicios, este colectivo ha estado luchando por la igualdad en derechos y en oportunidades. No obstante, con el paso del tiempo y la evolución de las sociedades, no en todos los lugares se acepta la homosexualidad como una orientación sexual más. Generalmente se presentan pensamientos negativos y discriminatorios junto al concepto de homosexualidad.

Entonces, ¿cómo podemos identificar cuales son las acciones que nos hacen tener conductas homofóbicas? Podemos encontrar:

Homofobia según su medio de transmisión

Homofobia Cultural:

  • Se transmite de generación en generación por vía oral y/o imitación de conductas.
  • La mayor parte de las expresiones homofóbicas tiene que ver con esta categoría. No obstante, generalmente se presentan solapamientos entre tipos de homofobia, dando lugar a una homofobia propia y característica de cada persona.
  • Por ejemplo, asumir que las personas jóvenes homosexuales están confundidas acerca de su identidad sexual, o defender que los hombres homosexuales están incompletos por no encajar con el ideal de masculinidad.

Homofobia Institucional:

  • Es la homofobia relacionada con las normas formalizadas de organizaciones tanto públicas como privadas.
  • Por ejemplo, ciertas leyes que penalicen acciones asociadas a la homosexualidad, que mantienen a las personas homosexuales apartadas de sus derechos básicos, así como estatutos que justifican despidos por homosexualidad.
  • Colectivos religiosos (fenómeno mixto entre cultural e institucional).

Según su grado de expresión o no expresión

Homofobia Cognitiva:

  • Sistema de creencias que forman parte de un individuo y que muestran la homosexualidad como algo negativo. Nociones de “antinatural” y “degenerado”.
  • Fundamentación de estereotipos vinculados a la homosexualidad y, al mismo tiempo, al rechazo o incluso asco. A consecuencia de los pensamientos distorsionados sobre la homosexualidad, generalmente se buscan individuos, instituciones o colectivos que nos confirmen nuestras sospechas, las reafirmen y nos apoyen en ellas. Esto deriva en la homofobia que se transmitirá culturalmente a nuevas generaciones en forma de homofobia cultural.
  • Una muestra sería la predisposición al rechazo de los hijos cuando llegan a saber que éstos son homosexuales.

Homofobia Conductual:

  • Expresiones objetivas de homofobia por parte de individuos que no se escudan en ninguna norma para discriminar a personas homosexuales sólo por el hecho de serlo. Suelen ir respaldadas a nivel cognitivo por sociedades o colectivos influyentes en la sociedad, provocando así que la acción homofóbica se lleve a cabo por individuos susceptibles a este tipo de pensamientos.
  • Las formas que puede adoptar la homofobia conductual son prácticamente infinitas, tan variadas como la conducta humana.
  • Como ejemplos podemos mencionar las manifestaciones anti-derechos homosexuales, agresiones físicas por ser homosexual, exclusión de personas por creer que son homosexuales, el “bus de la homofobia” creado por facciones de ultra-derecha.

Homofobia afectiva o latente:

  • Viene dada a partir de los sentimientos de rechazo que aparecen cuando las personas saben que van a relacionarse con personas homosexuales.
  • El rechazo puede relacionarse con el contacto físico, con sentirse incómodo ante la presencia de personas homosexuales o con las muestras de afecto en público entre homosexuales.
  • Este tipo de homofobia afecta la visibilidad de la homosexualidad como algo natural. 

Después de saber con qué tipo de homofobia (o mezcla de éstas) podemos encontrarnos en la calle, o incluso podemos encontrarla en nuestra propia persona, por lo que debería remarcarse la importancia de la autocrítica.

El objetivo es llegar a tener una mentalidad más abierta a estas cuestiones y conseguir cuestionar si los comportamientos y/o las creencias que creíamos inocuas no son en realidad una base para la homofobia. Cuando no hacemos autocrítica, muchas acciones y actitudes que hemos ido asumiendo como normales desde el inicio de nuestra infancia probablemente pasarán desapercibidas. Tenderemos a ver cualquier cuestionamiento de éstas como una salida de tono o una manera ridícula de pensar. Y tú, ¿te ves capaz de darle una vuelta a tus distorsiones sobre el tema? ¿Consideras que es posible que alguien cambie sus sentimientos de homofobia?

Autora: Lucía Muñoz (Psicóloga y Sexóloga)

Referencias:

El feminismo y el rol del hombre heterosexual

Si entendemos el feminismo como el principio de igualdad en todos los seres humanos, de momento es un ideal y existe todo un movimiento detrás de esta pretensión, que data de siglos y siglos de historia. Entendido esto como una serie de acciones en ámbitos culturales, económicos y sociales reivindicando la igualdad de derechos en todas las personas.

En la actualidad, se empieza a acelerar el ritmo en el que esta serie de movimientos visibilizan el problema que supone el machismo, como cúspide y tesoro del heteropatriarcado. Éste adjudica de forma automática lo que considera “normal” y lo más normal que hay para éste, en primer lugar, es ser hombre. En segundo lugar, ser heterosexual.

Para el sistema heteropatriarcal, el ser hombre heterosexual es lo más normal del mundo y, por lo tanto, lo más deseable. Dentro de este sistema, el hombre heterosexual subraya el hecho de que por la simple razón de nacer hombre –de nacer con un pene− se sitúa en una posición de poder y de control. Particularmente, cuando este hombre es heterosexual, refuerza y perpetúa el sistema heteropatriarcal. Como parte de este sistema, todas las personas que no cumplan con esas características quedan supeditadas al hombre heterosexual y han de estar a su servicio. Hecho que ocurre en mayor o menor medida, pero la jerarquía es la antes descrita.

Aunque la lucha del movimiento feminista lleva siglos, literalmente, hoy día parece que empieza a dársele más voz y más visibilidad. Su objetivo y razón de ser es conseguir que se reconozca que todos los seres humanos tenemos los mismos derechos, independientemente de su género, orientación sexual y sus características personales.

A pesar de que hoy día suene increíble, los derechos de igualdad se han conseguido merced a la reivindicación del movimiento feminista. Entre la lista de derechos conseguidos está el de la educación –que durante siglos y siglos estuvo prohibida para la mujer−. Tanto en México, como en España contamos con importantes ejemplos de mujeres que, a base de tretas, superaron esta barrera, como Sor Juana Inés de la Cruz. Hacerse monja era uno de los trucos para librarse del matrimonio.

Otro de los importantes derechos conseguidos es el de votar en las elecciones y el derecho al trabajo. Más adelante ha ganado el derecho al control reproductivo y al aborto –por lo menos, en algunos lugares del mundo−.

En España se ha empezado a impulsar el derecho a la paridad en puestos de responsabilidad. Así, por ejemplo, se pretende que haya el mismo número de hombres y mujeres en puestos de poder.

Obviamente, uno de los problemas que nos encontramos es que las personas que ejercen poder y control –por lo general, hombres− se niegan y se resisten sobremanera a cederlo. Son como niños pequeños acostumbrados a monopolizar los juguetes, a que las cosas se hagan como ellos desean y a su antojo.

La Iglesia Católica es un claro ejemplo de una organización en donde reina la supremacía masculina y en el que el rol de la mujer es de servidora. A día de hoy es impensable que el puesto de Papa –uno de los más poderosos del mundo− lo ocupe una mujer.

No sólo es la mujer quien sufre los estragos del machismo, sino también todas personas cuya orientación sexual no es heterosexual. Y de aquí la razón de ser de todo el movimiento LGTBI+.

Afortunadamente, cada vez hay más hombres heterosexuales que están dispuestos a ceder poder y control, ya que es la única forma en que conseguiremos la igualdad.