Stealthing o fingir que sí hay condón

Quitarse el preservativo en medio del acto sexual sin el consentimiento de la otra parte está considerado un delito de abuso sexual. Dicha práctica sexual es denominada stealthing y consiste en la retirada del preservativo durante la relación sexual sin el consentimiento de la otra parte implicada y sin previo aviso. También puede tratarse de hacer creer a la otra persona que habrá preservativo cuando no es así.

El apunte es que el stealthing es una acción voluntaria por parte del sujeto quien está engañando a la otra. Puede ocurrir tanto entre heterosexuales, como en cualquier relación que implique coito. Hay una persona que desea protegerse en las relaciones sexuales y otra que desea sexo “a pelo” aunque sea a escondidas. Otra cosa es la existencia de accidentes durante la penetración, como puede ser que el preservativo se salga o se rompa involuntariamente. El stealthing implica que, durante la relación sexual, no se produce un consenso con respecto a la retirada del preservativo.

Aunque en España no se encuentre tipificado en el Código Penal, ya se han producido algunas sentencias condenatorias de las Audiencias Provinciales, como en Salamanca o Madrid. Al estar considerada una forma de abuso sexual sí se recoge en el Artículo 181 del Código Penal: «El que, sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento, realizare actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona, será castigado, como responsable de abuso sexual, con la pena de prisión de uno a tres años o multa de dieciocho a veinticuatro meses»

El stealthing es objetivo de debates jurídicos a nivel mundial. Esta peligrosa práctica sexual fue determinada delito en el caso contra un hombre por la Corte Criminal de Lausana (Suiza), a principios del 2017, por quitarse el preservativo sin consentimiento previo de la pareja. Se consideró un delito de violación al esperar que el otro miembro de la pareja estuviera protegido. En Berlín, Alemania, en 2017, un hombre fue juzgado por el tribunal local a ocho meses de cárcel y una multa de 3000 euros por daños y riesgo a la salud sexual de la víctima. Por otra parte, un hombre fue condenado por la Corte Suprema de Canadá en el 2014  por agresión sexual debido a que pinchó el condón sin conocimiento previo de su pareja para dejarle embarazada.

Como es posible ver, esta “inocente práctica” puede traer serias consecuencias económicas y penales al realizarse sin el consentimiento de la otra parte implicada en la relación sexual. No obstante, además de estas consecuencias, existen otras, que a nivel personal son de suma importancia. Cabe destacar:

  • Embarazos no deseados.
  • Contagio de enfermedades de transmisión sexual.
  • Consecuencias psicológicas para la persona que lo sufre, así como el desarrollo de posibles traumas por abuso sexual. Según La psicóloga clínica Wanda Torres Hernández, este tipo de agresión puede provocar efectos traumáticos y aumentar los niveles de ansiedad y estrés en las víctimas.
  • Desarrollo de un cuadro ansioso-depresivo.
  • Repercusiones negativas en la autoestima y autonomía de la parte perjudicada.
  • Una experiencia traumática que puede afectar la confianza durante las relaciones sexuales.
  • Una fuerte sensación de quedar como una persona estúpida.

Desde el punto de vista psicológico, el stealthing está considerado como un acto de control y dominación sobre la mujer ‒principalmente, pero también sobre personas que asumen el rol receptivo durante el coito‒. Es fruto de la escasa educación sexual con perspectiva de género que se recibe desde la infancia, así como del aprendizaje de los roles sexuales en medios como “el porno”. En éste, la figura dominante suele ser el hombre, mientras que la mujer aparece como el objeto a utilizar para su propia satisfacción. Es irónico que en contextos gays ‒o no heterosexuales‒ se crea una especie de réplica de este modelo, en el que la persona receptiva aguanta “carros y carretas”.

¿Qué puedo hacer si sufro stealthing?

Generalmente, al vivir esto como algo traumático, la persona suele quedar paralizada, confusa, sin saber que hacer o a quién recurrir… Te pedimos que dejes el miedo a un lado, que seas valiente. Así que, en el caso de chicas heterosexuales y que el hombre eyaculara dentro de ti, lo primero que se debe hacer es acudir a tu médico de familia o planificación familiar y pedir la píldora del día después. Allí te explicarán cómo tomarla y qué hacer posteriormente si quieres recurrir a acciones legales. Ve acompañada de algún familiar o amistad cercana que te apoyey acompañe en esa situación. Lo idóneo es que no dejes pasar tiempo y actúes lo más rápido posible. Si te sientes con fuerza, acude a un especista para realizarte una revisión de salud sexual y poder descartar enfermedades de transmisión sexual. Pero, sobre todo, elude sentir culpa o vergüenza, ya que la responsabilidad sobre lo sucedido no es tuya. Existen leyes que te respaldan y que castigan al agresor.

Necesidad de prevención y concienciación.

Existen una gran cantidad de casos y personas que realizan el stealthing por considerar que no estén llevando a cabo un delito. Lo ven como un juego sexual, un acto inocente y así lo hacen ver a las personas con las que lo realizan. Utilizan frases como “no te pongas así, no es para tanto”, “si llego a saber que te enfadarías tanto no lo habría hecho” o “ no seas aburrida, no pasa nada”… Esto lleva a que la víctima se cuestione la importancia que tiene realizarlo y no denunciar, sobre todo por haber consentido establecer una relación sexual con esa persona ‒aunque no se llevara a cabo con el respeto necesario‒. Hay hombres que han hecho de esta práctica su principal parafilia, ya que al conseguir el engaño experimentan un gusto especial. Recientemente, en las redes sociales hemos visto a un joven jactándose de realizar esta práctica sin ser consciente de la gravedad de su conducta.

El arma más poderoso que existe para erradicar este tipo de prácticas tan violentas en el terreno sexual es la educación. Abordar este tema, y muchos otros, con perspectiva de género es fundamental desde la infancia y así dejar de normalizar estas prácticas. Además de informar y concienciar sobre los riesgos y la gravedad de la práctica desde el ámbito psicológico y legal.

Autora: Andrea Bello Pastor. (Psicóloga y Sexóloga Clínica).

Edición literaria: Xud Zubieta-Méndez

Referencias bibliográficas.

El Comercio. “12 meses de prisión por practicar stealthing”.

Stealthing: los riesgos de esta práctica en el sexo. Psicología y Mente.

Parafilias, fetiches y kinks

La sexualidad humana abarca todo un Universo, con un espectro increíblemente amplio de comportamientos. Históricamente, buena parte de dichos comportamientos se han considerado negativas ‒o directamente prohibidas en determinadas sociedades‒. Con el paso del tiempo, hemos experimentado un proceso de liberación, que nos ha permitido expresarnos sexualmente con una libertad creciente. Con esto, han aparecido nuevas ideas y comportamientos. En este artículo deseamos ofrecer una educación en aquellos comportamientos sexuales que se encuentran fuera de lo más “habitual”, si es que eso significa algo hoy en día.

Cuando hablamos de comportamientos sexuales “extraños”, la primera palabra que nos viene a la cabeza es “fetiche”. La definición tradicional ‒no aplicada al ámbito sexual‒ es muy antigua y significa “objeto al que se le atribuye características o poderes sobrenaturales”. La definición de fetichismo sexual no difiere demasiado de ésta, y significa “fijación sexual hacia un objeto inanimado o una parte no genital del cuerpo humano”. Uno de los fetiches más comunes son los pies

Un concepto que se suele confundir a menudo con los fetiches es el de los “kinks”. De forma simple se podría decir que los “kinks” son la versión comportamental de los fetiches. Éstos se definen como el “uso de prácticas, conceptos o fantasías sexuales no convencionales”. Con la normalización de la variabilidad de la sexualidad y la visibilidad creciente que tiene ésta, referirnos a algo como “no convencional” sería un poco complejo. Lo cierto es que la mayor parte de humanos practican sexo de maneras extremadamente similares. De este modo, dentro de la etiqueta “kink” se incluirían prácticas como el “role playing” o el famoso BDSM.

Otro término importante es el de “parafilia”, que se define como “un interés sexual elevado hacia objetos, fantasías, individuos o situaciones atípicas”. Estas atracciones podrían ser una forma patológica de comportamientos sexuales, que ‒en una medida adecuada‒ podrían ser considerados sanos. Por poner un ejemplo clarificador, en el DSM-V, dentro de la sección de “trastornos parafílicos” se incluyen diagnósticos como el masoquismo, el voyeurismo y la pedofilia. Todos sabemos que determinados comportamientos masoquistas ‒como puede ser el gusto porque nos tiren del pelo o nos agarren la garganta‒ son extremadamente comunes en la población general. Por lo que, aunque sea un comportamiento sexual considerado dentro de la etiqueta de parafilia, no alcanzaría a ser un caso clínico ni patológico. De este modo, hay que especificar que para que se pueda diagnosticar cualquiera de estos trastornos es necesario siempre que exista un malestar en la persona que los sufre y se lleve a extremos patológicos. Esto que significa que el objeto sustituye al compañero sexual o tiene más importancia que éste. Dicho último punto es especialmente importante porque, por lo general, cuando una pareja experimenta con fetiches o “kinks”, lo hace para ganar un nivel mayor de intimidad o de placer con la otra persona, en ningún caso para sustituir a la persona.

Según la Organización Mundial de la Salud, los fetiches ‒y demás comportamientos sexuales no convencionales‒ son algo común y sólo deberían ser considerados patológicos cuando causan malestar o impiden un funcionamiento sexual normal. Por tanto, no hace falta preocuparse, ya que estas etiquetas son meras herramientas de los psicólogos y psiquiatras para facilitar el trabajo y parte de ese impulso irrefrenable humano de clasificarlo todo. En definitiva, lo convencional no existe y la sexualidad es hiper amplia y bella, por lo tanto no tengas miedo a experimentar y a tratar de vivirla al máximo.

Autor: Jorge Valero Sarmiento

Créditos de la imagen; Maria Ciocnadi y Emedièfeme

ChemSex Parties

¿Alguna vez has oído hablar del “ChemSex”? Esta práctica consiste en el uso intencionado de drogas para tener relaciones sexuales por un período largo de tiempo.  Se pone en marcha en algunas fiestas privadas ‒que pueden durar varios días seguidos‒, en las que abundan las drogas sintéticas con el único objetivo de tener sexo entre los asistentes. Este término resulta de la combinación de dos palabras inglesas: “chem” ‒haciendo referencia a las drogas‒ y “sex”. En países como Inglaterra es conocido también como P&P ‒party and play‒. Se lleva a cabo sobre todo entre hombres gays de mediana edad.

La fusión entre las drogas y el sexo no es un fenómeno nuevo. Lo que parece que ha cambiado en los últimos años son el tipo de drogas recreativas y el contexto en el que se consumen. Si en etapas anteriores podría destacarse el uso de la cocaína, el alcohol, el cannabis o los Poppers, hoy en día otras sustancias como GHB, metanfetamina y mefedrona están incorporándose poco a poco a este mercado. Éstas son algunas de las drogas que se consumen con fines eróticos. A pesar de la resaca que nos dejan, el riesgo de engancharse y los daños para la salud a largo plazo, las drogas son utilizadas para pasar un buen día en la cama.

¿Y por qué algunas personas prefieren este tipo de excesos con el sexo y drogas?

Los motivos para consumir drogas con fines sexuales son diversos y variados. Intensificar o potenciar el placer del acto se encuentra entre los motivos principales. También podemos encontrar, entre otros, la desinhibición sexual. Así como aguantar físicamente más tiempo con la finalidad de alargar una sesión de sexo. Por otra parte, buscar momentos de intimidad emocional, crear un clima de “buen rollo” con otra persona o acceder a espacios estimulantes sexualmente ‒como, por ejemplo, el sexo en grupo‒. No obstante, también existen motivaciones no ligadas a lo sexual y que resultan ser en la mayoría de casos formas patológicas de solucionar problemas ‒como, por ejemplo, gestionar momentos o situaciones complicadas, una ruptura sentimental, un malestar psicológico personal, baja autoestima, una forma de evadirse de la soledad o de evitar conflictos internos sin resolver.

¿Qué efectos tienen las drogas sobre la respuesta sexual?

Evidentemente, esta fusión explosiva trae consigo uno de los riesgos más peligrosos que encontramos: no utilizar el preservativo. El consumo reduce la percepción de riesgo, y trae como consecuencia posibles enfermedades de transmisión sexual y embarazos. Muchas de estas personas manifiestan actitudes negativas hacia su uso. Frases como “el preservativo corta el rollo” o “no disfruto igual con condón”, reflejan algunas de estas actitudes.

El tipo de consumo constituye una variable fundamental para evaluar el efecto de las drogas para la respuesta sexual. No es lo mismo un consumo fortuito que intermitente, ocasional o habitual. Además, los efectos son diferentes según las drogas que se consuman.  En los efectos iniciales encontramos las principales diferencias ‒relajación o euforia‒, a pesar de que con todas las drogas se facilita la desinhibición. La tendencia predominante es consumir drogas euforizantes, las cuales están ligadas a prácticas sexuales que implican un menor vínculo emocional, como ocurre en las ChemSex Parties.

Los aparentes beneficios de las drogas recreativas esconden en el fondo un dramático fin. Lejos de mejorar la capacidad de seducción o de mejorar la experiencia sexual, la deterioran.

¿Conocías de la existencia del fenómeno “ChemSex”? ¿Alguna vez has practicado sexo bajo los efectos de las drogas? ¿Sabías de sus efectos? ¡Cuéntanos, te leemos!

Autora: Celeste Martínez Gavidia (Psicóloga)

Créditos de la imagen; Maria Ciocnadi y Emedièfeme

Sapiosexualidad o atracción por la inteligencia

“Le conocí hace unos meses, pero nunca pensé que pudiésemos ser algo más que amigos. Nunca fue mi prototipo físicamente, hasta que empezamos a quedar más y nos conocimos mejor. Siento que hemos conectado de alguna forma que no termino de entender, y cada vez me atrae más”. ¿Te suena esta situación?

Las causas que definen nuestros gustos a la hora de sentirnos atraídos por alguien son variadas. Desde elementos culturales y modelos educativos hasta nuestras propias experiencias. Todo esto va a crear un mapa mental que será determinante para desencadenar la química de la atracción o el enamoramiento.

Existen varias formas de sentirse atraídos por una persona. El concepto de la sapiosexualidad se utiliza para referirnos al hecho de sentir atracción sexual y deseo por la inteligencia o por las cualidades morales de una persona. Encuentra en el intelecto de su pareja sexual su rasgo más atrayente. Aunque este concepto se ha popularizado en los últimos años, no es algo nuevo, ya que siempre ha existido y ha estado presente en nuestras vidas.

El sapiosexual se siente estimulado o desafiado por la manera de pensar del otro. Estas personas muestran una necesidad más intelectual, buscan estimulación y originalidad a través de las conversaciones, se sienten enriquecidos con los nuevos conocimientos compartidos y obtienen así seguridad, estabilidad y cierta admiración. Puede ser que, de forma inconsciente, crean que alguien que te puede estimular intelectualmente, también te dará más seguridad y estabilidad. El sapiosexual, aunque prioriza o siente mayor atracción por el intelecto, también tiene en cuenta otros aspectos, como el físico o la personalidad.

Cuando hablamos de inteligencia creemos que tiene que ver exclusivamente con el conocimiento general y la cultura, pero lo cierto es que existen muchos tipos de inteligencias. Las investigaciones realizadas confirman la existencia de áreas en el cerebro humano que corresponden a ciertos espacios de conocimiento, áreas diferentes y relativamente independientes entre sí.

Por ejemplo, la inteligencia emocional está relacionada con la gestión y expresión de las emociones y los sentimientos. También está la inteligencia intrapersonal, que es aquella que distingue a quienes se conocen mejor a sí mismos, les gusta trabajar de manera autónoma, establecen metas y saben cuáles son sus puntos fuertes y débiles. O la inteligencia interpersonal, que es aquella observable en las interrelaciones y que es común entre las personas que se les da bien conversar, conocer gente nueva, ayudar a los demás o trabajar en equipo. Por lo tanto, cualquiera de los diferentes tipos de inteligencias que existen pueden despertar el deseo sexualentre nosotros y acercarnos a la sapiosexualidad.

Aunque este término se aplica a ambos sexos, hay más mujeres que se podrían definir como sapiosexuales que hombres. Existe una teoría de la psiquiatra Anjali Chhabria, que dice que “este cambio se debe a la evolución de las relaciones humanas, antes las mujeres buscaban protección, pero ahora que también han salido al mundo laboral, buscan otros estimulantes como puede ser la inteligencia”.

Sin embargo, ¿existen peligros en este tipo de atracción? Es importante resaltar que algunas personas que padecen baja autoestima, que son inseguras o que tienen un estilo dubitativo, pueden llegar a sentirse atraídos por este tipo de personas. El estar con ellas les reporta mayor seguridad. Pero esta admiración hacia la inteligencia del otro puede llevarlea idealizarlo y generar dependencia, creando así una relación asimétrica y perjudicial para la persona.

En una sociedad donde la tecnología y las redes sociales están en primer plano, este tipo de atracciones son cada vez más evidentes. Ahora nos conocemos a través de la palabra escrita y seducimos a través de mensajes.

En cualquier caso, sigue siendo un grupo poco conocido, contando con escasos estudios al respecto. ¿La atracción y el deseo por la inteligencia y las cualidades morales es poco común, o es que faltan más investigaciones para que salgan a la luz este tipo de personas?

Autora: Celeste Martínez Gavidia (Psicóloga)

Créditos de la imagen; Maria Ciocnadi y Emedièfeme basada en una imagen de Miguel Ángel Martí

Referencias:

Cover, R. (2018). Emergent Identities New Sexualities, Genders and Relationships in a Digital Era. Londres: Routledge.

Domenech, A. (2015). Sapiosexual, la excitación erótica del cerebro. La Vanguardia.

Gignac, G. E., Darbyshire, J., & Ooi, M. (2018). Some people are attracted sexually to intelligence: A psychometric evaluation of sapiosexuality. Intelligence, 66, 98-111.

Palabras clave: sapiosexualidad, inteligencias, intelecto, atracción, pareja.

Todo lo que debes saber sobre el Sexting

El advenimiento de Internet, la revolución tecnológica y su consiguiente facilidad para difundir contenido han favorecido la aparición de nuevos hábitos de conducta, entre los que se encuentra el «sexting». Este término procede de usar las palabras «sex» o sexo y «texting» o envío de mensajes. Consiste en enviar mensajes, fotos o videos de contenido erótico y sexual a través del móvil, mediante aplicaciones de mensajería, redes sociales u otro tipo de herramienta de comunicación entre usuarios o usuarias que consienten ‒o no‒ en ello.

En un principio, eran sólo mensajes SMS, pero con el continuo desarrollo de los móviles, se pasó a las fotografías y los videos a través de aplicaciones como WhatsApp o Instagram. Además, el uso del sexting está experimentando un continuo aumento, especialmente con la nueva situación por la COVID-19. Ya que nos hemos visto obligados a permanecer más tiempo en casa, relacionarnos a distancia y se nos ha privado de las libertades que teníamos antes. Esto nos ha llevado a un incrementado en el uso de internet y redes sociales, y como consecuencia, a un aumento en este tipo de prácticas.  

Cuando las relaciones de pareja son a distancia, el «sexting» se convierte en una buena opción para mantener la “chispa” de la relación. Es una de las prácticas más comunes en la actualidad para “subir grados” entre personas que se están conociendo o en pareja. Ello con la idea de llevar a cabo relaciones sexuales cuando la distancia es un impedimento. También por placer o simplemente por salir de la rutina. Se suele llevar a cabo de manera íntima, entre dos personas, aunque pueda llegar a manos de muchas otras personas si no se respeta esa intimidad. Desgraciadamente, esto es bastante habitual, de ahí su mala fama. Incluso el sexting en pareja puede salir mal, ya que la propia pareja o los ex no siempre respetan las fotos eróticas de las personas que tanto quieren o quisieron. 

Lo que tendría que ser un juego divertido y placentero puede convertirse en un drama si no conocemos los riesgos a los que nos exponemos. Ser conscientes de esto nos ayuda a decidir si queremos realizar esta práctica, y de ser así, con quién, cómo y cuándo.

¿Cuáles son los riesgos?

  • Contenidos Viralizados. Una vez enviamos una foto o video a través del móvil, corremos el riesgo de que acabe en las manos equivocadas. Son muchos los casos en los que se ha terminado difundiendo o reenviando el contenido erótico. Lo que debería ser algo íntimo, acaba en las manos de otras personas.
  • Riesgo de «Sextorsión». Aquellas personas que reciben este contenido pueden acabar amenazando con reenviarlo a cambio de un beneficio como, por ejemplo, cobrar dinero o seguir recibiendo contenido tras una ruptura.
  • La edad como factor de riesgo. Los menores de edad, en concreto los adolescentes, pueden construir una imagen distorsionada de la sexualidad, además de asumir riesgos innecesarios. En estas edades, podemos sentirnos presionados por enviar desnudos para sentir aceptación y cariño, o contenidos que pueden llegar a ocasionar catastróficas consecuencias.
  • Online Grooming. Probablemente de los más peligrosos. Implican a un adulto que se pone en contacto con un niño, niña o adolescente con el fin de ganarse poco a poco su confianza. Ello para luego establecer vínculos sexuales, que implican el envío de mensajes, fotografías, vídeos y en los casos más graves, encuentros directos.  Además, la persona adulta se suele hacer pasar por menor, adaptando el lenguaje a la edad de la víctima.

¿Cuáles son sus beneficios?

No todo lo que rodea al sexting es necesariamente negativo. Si se utiliza de manera correcta esta práctica puede tener una faceta divertida, entre las que encontramos las siguientes.

  • Puede mejorar la confianza entre la pareja y el vínculo. Enviar este tipo de contenido implica depositar una gran confianza en el receptor y nos permite conocer a nivel erótico a la persona. Ves de qué forma se comunica y se relaciona contigo a nivel sexual.
  • Estimula la originalidad y el juego erótico. Este tipo de prácticas puede dar rienda suelta a la creatividad de la relación, dando salida a prácticas sexuales rutinarias y favoreciendo los preliminares.
  • Mantiene el sexo en las relaciones a distancia. En el caso de las relaciones a distancia, mantener la chispa puede verse facilitado gracias a la comunicación online, siendo relevante también una comunicación más erótica.

¿Has decidido practicar sexting?, ¿cómo puedo hacerlo con menos riesgos?

  • Asegúrate de que lo haces sin precipitación y conociendo los riesgos. Además, tu decisión ha de ser tomada sin presiones de otros.
  • Valora si la persona receptora merece tu confianza y si está preparada para proteger tu intimidad. Verifica bien qué y a quién envías antes de pulsar.
  • Asegúrate de que la persona receptora desea tener tu mensaje y cuenta con aviso previo para que no resulte problemático o incómodo.
  • Excluye partes del contenido a enviar que puedan ayudar a conocer tu identidad (cara, objetos personales, marcas corporales…)
  • Evita redes con wifi público durante el envío y pide a quien se la envías que haga lo mismo.
  • Elimina las pruebas del móvil, las fotos o vídeos íntimos. Solicita a quien se las envías que haga lo mismo.
  • Firma un consentimiento para que en caso de ruptura el material se destruya.

La finalidad es la búsqueda del placer y la diversión en un contexto erótico, pero desde la libertad y con cabeza.

¿Has realizado sexting alguna vez? ¿Has tenido problemas por hacerlo? ¿Conocías sus riesgos? ¡Cuéntanos!

Autora: Celeste Martínez Gavidia (Psicóloga)

Créditos de la imagen; Maria Ciocnadi y Emedièfeme

Referencias

Agustina, J. R., & Juan, I. M. (2017). Sexting en adolescentes: nuevos retos médico-legales. Revista española de medicina legal: órgano de la Asociación Nacional de Médicos Forenses43(1), 43-44.

Caldera, M. I. F., Hernández, M. G., & Cuenca, A. B. R. (2013). Sexting: Nuevos usos de la tecnología y la sexualidad en adolescentes. International Journal of Developmental and Educational Psychology1(1), 521-533.

Whittle, H., Hamilton-Giachritsis, C., Beech, A., & Collings, G. (2013). A review of online grooming: Characteristics and concerns. Aggression and violent behavior18(1), 62-70.

¿Sexo en los días de regla?

¡La regla! Esa que tantos quebraderos de cabeza y molestias ha ocasionado a muchas de nosotras. Muchas parejas nos preguntan qué está permitido, o no que haya sexo en días de menstruación. Esa que sigue siendo un tema tabú que genera incomodidad, evitamos hablar de ella e incluso, hasta hace poco, se escondía por completo. escondíamos. Cuántas de nosotras nos hemos sentido avergonzadas cuando nos ha bajado… Cuando hemos tenido que comprar toallas higiénicas en el supermercado, o cuando le hemos pedido un tampón a nuestra amiga y lo escondíamos rápidamente. Quizá sentíamos como si estuviésemos llevando a cabo una acción ilegal. Eso, sin hablar de cómo se trataba ‒y se trata‒ junto a las relaciones sexuales. En muchísimas ocasiones en consulta nos han dicho, “No he podido hacer nada porque estaba con la regla” ‒obviamente entre parejas heterosexuales‒.

La educación sobre la menstruación es escasa, tirando a nula. En ninguna etapa educativa se explica mucho más allá de que se trata de una cuestión biológica y que influye en la futura capacidad de ser madre. Por otro lado, están los anuncios, que se limitan a hacernos ver que gracias al uso de equis compresas o tampones podremos hacer ejercicio, saltar, bailar y lucir pantalones blancos ajustados. De hecho, hasta hace unos años, este tipo de anuncios utilizaban líquidos azules para representar la sangre de la menstruación. Asimismo, empleaban frases naif, como, por ejemplo, “¿a qué huelen las nubes?” Ello, para referirse al olor corporal derivado de la mezcla de la menstruación con los materiales de las compresas.

Por ende, no es de extrañar el conflicto que en variadas ocasiones genera juntar el sexo con la menstruación. Cuando se trata de opinar, podemos mencionar dos grupos. El que se siente cómodo con la situación y no encuentra inconveniente alguno en este acto. Por otro lado, hay un grupo que no se siente cómodo y considera prohibido el practicar sexo durante la menstruación.

Además de las opiniones, hay muchas preguntas y mitos sobre el tema. Por ejemplo, una duda habitual es: ¿tener relaciones sexuales cuando tengo la regla es seguro? Debemos aclarar que no hay ningún impedimento médico o ginecológico para tener relaciones sexuales con la menstruación. En esto englobamos, tanto el coito, como el resto de prácticas sexuales. No perjudica ni a la mujer que menstrúa ni a su pareja. De hecho, tener sexo puede mitigar los dolores de la menstruación debido a las endorfinas que liberamos en cada orgasmo.

El quid de la cuestión reside en la mayoría de casos en el rechazo o vergüenza que sienten hombres y mujeres a practicar sexo durante estos días. Ya sea porque lo consideran un tabú, algo sucio, o porque piensan que puede perjudicarles. Es fundamental hablar con tu pareja con naturalidad para llegar a una solución, en caso de que alguno de los dos sea reticente. Alentamos a quien se sientan reticentes a probar para saber si os gusta o no, obviamente sin forzar la situación. Está la opción de usar tampón o copa menstrual, y optar por juegos que no impliquen necesariamente la penetración, por compartir sugerencias.

Algunas mujeres se sienten incómodas en los días de sangrado abundante. Si es así, se puede optar por juegos genitales en la ducha o usar unas esponjas sintéticas  ‒diseñadas exclusivamente para absorber la sangre mientras se tiene sexo‒, pudiendo practicar incluso sexo oral. Estas esponjas se introducen en el interior de la vagina ‒como si de un tampón se tratase‒, y gracias a un pequeño orificio puede ser extraída una vez finalizada la práctica. No nos sirven como método anticonceptivo ni son reutilizables. Tampoco previenen el contraer una enfermedad de transmisión sexual.

La relación del sexo con la regla es una cuestión completamente personal. El deseo de la pareja es un imperativo, y la incomodidad que puede generar hace que sea especialmente relevante la opinión de ella. Si ambas partes se sienten cómodas, ¡pues adelante”. Además, hemos visto que existen productos como las esponjas sintéticas para hacer que estas prácticas resulten más cómodas.

El sexo es placentero en cualquier día del mes, y esto incluye los días de menstruación, así que, ¡aprovechémoslo!

Autora: Celeste Martínez Gavidia (Psicóloga)

Créditos de la imagen; Maria Ciocnadi y Emedièfeme

Referencias

Sánchez Mateo, A. (13 de noviembre, 2018). Por qué el sexo con la regla debería dejar de ser un tabú. La Vanguardia. Recuperado de https://www.lavanguardia.com/vivo/sexo/20181113/452792904589/sexo-regla-tabu-menstruacion.html

Blanco, C. (13 de enero, 2021). Cuando quieres sexo y tienes la regla

El tabú reventado. El País. Recuperado de https://elpais.com/elpais/2021/01/07/mordiscos_y_tacones/1610020063_213637.html

Para romper años de silencio

Las organizaciones de protección a la infancia llevaban años reclamando lo que está a punto de ser una realidad. Se aprueba en España una ley histórica a nivel mundial para proteger a la infancia. Ya es un hecho que muy pronto habrá miles y miles de personas que podrán resarcirse con su pasado. Esta ley extiende el plazo de prescripción de delitos de pederastia e incorpora un amplio conjunto de medidas de prevención del abuso y el maltrato infantil.

Es posible que para mucha gente no quede clara la importancia de esta ley en cuanto a sus implicaciones, además de ser una ley pionera a nivel mundial. Sitúa a España en el candelabro en cuanto a medidas de protección a la infancia ‒aumentando sus derechos‒ y lo convierte en un país sumamente avanzado.

En 2019, se registraron más de 40 mil delitos contra menores de edad, según datos del Ministerio del Interior español, que tomó como base denuncias y actuaciones policiales. De éstas, cerca de la mitad tuvieron como víctimas a un menor o una persona adolescente. Sin embargo, estamos seguros de que estos datos tan sólo muestran la punta del iceberg. Existen indicios de que la inmensa mayoría de casos no llegan a denunciarse ni siquiera a revelarse. Para muchas víctimas, sus abusos fueron secretos que se llevaron a la tumba.

Aunque es una ley que abarca una serie de aspectos relacionados con la protección a la infancia y a la adolescencia, consideramos que destaca principalmente la generosa prórroga en la prescripción del delito. Antes el tiempo de prescripción empezaba a contar a los 18 años. En la actualidad, casi se ha duplicado y se estipulan los 35 años como el punto de inicio de la cuenta atrás. De hecho, se pretende llegar a un punto en el que este tipo de delitos no prescriban nunca.

A título personal, puedo decir que fui víctima de abuso sexual infantil reiteradamente por parte de un primo segundo nueve años mayor que yo. A día de hoy, sólo tengo derecho a contarlo, pero nunca he tenido la oportunidad de denunciarlo, que es justo lo que me hubiera gustado hacer. Como víctima infantil puedo entender perfectamente las razones por las que generalmente alguien tarda en denunciar ese tipo de abusos.

En este sentido, un nombre alternativo a esta nueva ley es “Ley Rhodes” y esto se debe a la iniciativa y enorme implicación del pianista virtuoso ‒ originalmente británico, naturalizado español‒, James Rhodes. A decir verdad, hace varios años, Jordi Evole entrevistó al pianista y éste contó de una forma sumamente clara la forma en que vivió las repetidas situaciones de abuso sexual infantil que sufrió por parte de los curas de su colegio británico.

Su testamento, para mí, es el más claro que jamás he oído y en el que explica perfectamente cómo, a través de la disociación, pudo sobrevivir el trauma producido repetidamente. La disociación es un mecanismo de defensa, por medio del cual, la mente abandona el cuerpo y no vive de forma consciente el daño y el dolor que se está sufriendo. El problema surge cuando la persona se habitúa a disociar y en ocasiones pierde el control de cuándo disocia y cuándo no. El relato de James Rhodes, en mi experiencia, representa la vivencia más clara y mejor explicada que jamás he escuchado sobre el abuso sexual infantil y la disociación.

De ahí que me parece un digno impulsor y representante de dicha ley. A lo largo de los siglos, la violencia contra la infancia no sólo se ha relativizado, sino que se ha silenciado. Esto puede considerarse un crimen, realmente. Esta nueva norma tiene la finalidad de producir un cambio de paradigma. Tal como en su día ocurrió con la ley de violencia de género. Su objetivo es garantizar los derechos de los niños y adolescentes frente a cualquier forma de violencia. Una cuestión importante acerca de esta ley es que aborda de una forma exhaustiva, por ejemplo, desde el castigo físico hasta la violencia sexual o el ciberacoso. Asimismo, presenta medidas para la sensibilización, la detección, la protección y la reparación de las víctimas.

La idea es que de este modo se ponga fin a la tan acostumbrada impunidad, muchas veces debido al silencio de la víctima, de cualquier delito grave con algún menor. La pederastia es el delito que destaca, especialmente por la ampliación en los plazos de prescripción. Ahora, el tiempo del que dispondrá la víctima para denunciar comenzará a contarse cuando cumpla los 35 años, en contraste con los 18 actuales. Ello significa que el o los delitos no caducarán hasta que la víctima tenga al menos 40 años, y los casos graves podrán ser denunciados hasta la edad de los 55 años.

Otro aspecto a destacar tiene que ver con el hecho de que la víctima sólo tendrá que declarar una sola vez. Con esta medida se pretende evitar que la víctima tenga que revivir el trauma de los abusos, con la vergüenza y culpa que son tan comunes en las víctimas en general. Asimismo, se subrayan medidas que se centran en la prevención de este tipo de delitos, lo cual es fundamental.

Noemí Pereda ‒profesora de Victimología en la Universidad de Barcelona‒, añade: “Está muy bien como punto de partida. Pero lo que necesitamos ahora es que haya la dotación presupuestaria para poner en marcha todo lo que la ley dicta como lo que sería ideal. Y un plan plurianual para desarrollar las medidas necesarias: hay que ver cuándo, cómo y sobre todo con qué recursos se van a llevar a cabo”. Obviamente, es crucial contar con el presupuesto necesario, de lo contrario se convertiría en una ley vacía.

Esta nueva ley incluye otros importantes aspectos que revisaremos en futuros posts.

¿Qué opinas de esta nueva ley? ¿Conoces a víctimas de abuso sexual infantil que hayan revelado los abusos? De ser así, ¿han tardado hacerlo? ¿Por qué crees que es así?

Autor: Dr. Xud Zubieta Méndez

Créditos de la imagen; Maria Ciocnadi y Emedièfeme

Referencias:

Zubieta-Méndez, X. & Montiel, I. (2016). Factores inhibidores del abuso sexual infantil. Journal of Victimology.

Páginas web:

https://elpais.com/sociedad/2021-04-15/las-claves-de-una-ley-que-amplia-el-plazo-de-prescripcion-de-la-pederastia-y-refuerza-que-los-ninos-sean-escuchados.html

https://elpais.com/sociedad/2021-04-15/el-congreso-aprueba-una-ley-pionera-que-protege-a-la-infancia-frente-a-la-violencia.html

https://www.unicef.es/noticia/nueva-ley-de-proteccion-de-la-infancia-6-aspectos-destacar

https://theconversation.com/las-10-novedades-de-la-nueva-ley-de-proteccion-integral-a-la-infancia-y-la-adolescencia-frente-a-la-violencia-159108

https://www.senner.store/checkout/106415-JFY02764/thank_you

¿Cómo eyaculan las mujeres?

La sexualidad femenina, en general, se ha observado siempre desde una perspectiva patriarcal. El papel de la mujer quedaba relegado a dar placer y contribuir al objetivo de la relación sexual: el coito y la consecución de la eyaculación masculina –fines reproductivos-. Por ello, la eyaculación femenina ha sido una de las experiencias más desconocidas de la sexualidad, comenzando recientemente los estudios al respecto.

En este sentido, se han descubierto dos respuestas fisiológicas importantes en relación a los fluidos de las mujeres durante la excitación sexual y el orgasmo: eyaculación femenina y squirting. En la comunidad científica ha habido cierta confusión entre ambos fenómenos debido a su composición y a que se expulsan por conductos estrechamente relacionados ‒a veces, incluso, por el mismo‒.

Lo que se conoce como squirting consiste en la expulsión de orina diluida ‒es como agua clara sin oler a orina‒ durante la actividad sexual y el orgasmo. La cantidad que se expulsa depende del grado de excitación alcanzada. Al expulsarse a través del meato urinario ‒o uretra‒, la mujer puede tener la sensación de orinarse. Esto, sumado al desconocimiento acerca del tema, hace que sientan vergüenza y repriman esta respuesta sexual en lugar de relajamiento y disfrute. Si se tratase de orina, el líquido tendría un color más oscuro y el olor característico correspondiente.

Por su parte, la eyaculación femenina consiste en un líquido más espeso y blanquecino que se segrega de manera involuntaria en las glándulas de Skene ‒conocidas también como “próstata femenina”, dada su similitud con la próstata masculina‒ antes o durante el orgasmo. Cuando se estimula profundamente el clítoris, estas glándulas expulsan el fluido a través de los orificios que se encuentran ramificados alrededor de la uretra. De hecho, la confusión que mencionábamos anteriormente entre ambos fenómenos viene de que, a veces, en el squirting puede estar presente también una pequeña cantidad de este fluido eyaculatorio.

Un factor que parece favorecer estas respuestas sexuales en la mujer es la estimulación del famoso “punto G”, ya que se encontraría ubicado en una zona de la pared vaginal que conecta estrechamente con las glándulas de Skene. Sin embargo, sigue faltando información al respecto que lo confirme, dada la polémica sobre su ubicación exacta en la anatomía femenina. Aunque, hasta la fecha, muchos estudios suelen coincidir en que se encuentra en la zona clitoriana.

En general, estas respuestas sexuales no están lo suficientemente normalizadaspor varios motivos. En primer lugar, hay muchas mujeres que eyaculan, pero no son conscientes de ello.

Esto se debe a que no es tan visible como en el hombre por 3 motivos:

1. La cantidad que se expulsa puede ser mínima.

2. No se produce impulsada y proyectada por la contracción de un músculo, como ocurre con el pene.

3. En ocasiones, el fluido eyaculatorio se retrotrae a la vejiga y es expulsado más tarde con la micción.

En segundo lugar, falta consenso entre los propios científicos en cuanto a la legitimidad de la existencia de la eyaculación en la mujer. Algunos opinan que se trata de un fluido expulsado como consecuencia de que la mujer padezca incontinencia urinaria. Otros opinan que se trata de un fluido eyectado a causa de la excitación sexual y diferente a la lubricación vaginal. Además, en su composición observaron similitudes con el esperma masculino: presencia de fosfatasa ácida prostática o FAP ‒una enzima presente en el semen masculino que favorece la movilidad del esperma‒ y fructosa ‒un tipo de azúcar que también se halla en el semen cuyo papel es dotar de energía al esperma‒.

Por último, la desinformación y concepción social actual sobre este tema genera confusión entre las propias mujeres. Por un lado, el porno es una fuente habitual de información que da lugar a un concepto distorsionado de estas respuestas sexuales. La imagen que ofrecen es de algo necesario –casi obligatorio- para disfrutar plenamente del sexo, fácil de conseguir y con eyaculaciones espectaculares y muy visibles, casi como las masculinas. Todo esto genera en las  mujeres expectativas que no se cumplen tan fielmente, llegando a crear malestar y dudas sobre su capacidad sexual.

Por otro lado, la desinformación es tan elevada que, cuando una mujer experimenta la eyaculación o el squirting, piensan que se orinan mientras tienen sexo con su pareja. El sentimiento de vergüenza junto con la preocupación por si fuese síntoma de un principio de incontinencia, provocan tal grado de estrés psicológico que puede acabar afectando a la respuesta sexual, Y a la larga, a su propia autoestima.

Podemos concluir que, tanto la eyaculación femenina como el squirting, son respuestas sexuales totalmente normales en las mujeres. La ventaja de favorecer su conocimiento y aceptación social es que puede contribuir a un mayor disfrute del sexo, sin temor ni a reprimir ni a dudar de la propia capacidad sexual. Si una mujer que está teniendo sexo es capaz de percibir y distinguir que está teniendo alguna de estas experiencias ‒o ambas‒, lo mejor que puede hacer es relajarse y dejarse llevar para disfrutar plenamente.

Porque nosotras lo valemos.

Autora: Alba Muñoz Fernández (Psicóloga y sexóloga)

Créditos de la imagen; María Ciocnadi y Emedièfeme

Free the Nipple

¿Alguna vez te has preguntado por qué socialmente los pezones femeninos son percibidos como libidinosos, lascivos y obscenos, pero los masculinos están vistos con buenos ojos?

Como mínimo, resulta curioso y llama la atención la doble moral que prohíbe y estipula como un tabú la visibilidad del cuerpo humano con total naturalidad. Incluso lanzando el mensaje de que la exhibición pública de los senos y los genitales es un acto sucio, pecaminoso y hasta desagradable. Realmente esta idea refleja un tipo de violencia directa hacia la libertad y la sexualidad de las personas ‒y, concretamente, hacia el cuerpo de la mujer‒. En relación a este punto, aún a día de hoy, existe el tabú y la estigmatización generada sobre de las mujeres que dan de mamar en público. ¿Qué puede tener de sexual y escandaloso ver a una madre alimentar a su bebé? ¡Por favor, más sensatez y menos mojigatería y conservadurismo!

Resulta paradójica la normalización de una escena cargada de violencia –típico de las películas de Saw, por ejemplo–, pero no así todo aquello relacionado con la visibilidad del cuerpo humano “como dios nos trajo al mundo”. No hay por dónde abordar ese razonamiento. Desde luego, el legado judeocristiano y puritano en el que tanto los hombres como las mujeres estamos inmersas e inmersos se ha encargado de tener bien controladas, sumisas y calladas a las mujeres, de forma especial. No sea que caigamos en el “libertinaje”, por favor. ¡Cuánto daño ha hecho el patriarcado!

En este punto nace el movimiento Free the Nipple (o “liberen el pezón”, en español).

Con el auge de las redes sociales el movimiento feminista gracias ha ganado mucha fuerza. La conciencia acerca de la situación de discriminación y violencia que vive la mujer hacia su cuerpo, su sexualidad y su persona por el mero hecho de ser mujer es cada día más evidente. La población comenzó a despertar y en el año 2013, Lina Esco dijo “¡basta!”. Esta joven es conocida como la pionera del movimiento Free The Nipple, cuyo objetivo es lograr la equidad social a través del empoderamiento, la igualdad y la libertad de las mujeres y, por resonancia, de los hombres.

Este movimiento adquirió especial relevancia tras la censura en diversas redes sociales ‒como Facebook, Instagram o Tik Tok…‒ de imágenes donde aparecían pezones femeninos, explícitamente. El enfado y la crítica social se hizo viral a través del hashtag #FreeTheNipple, el cual cada vez está adquiriendo un mayor eco. Lo mismo ocurre con el desafío de las leyes que rigen esta prohibición a través del lema, “Mi cuerpo, mis normas” y “No es No”. Este último está relacionado con el consentimiento explícito a la hora de mantener relaciones sexuales. Paralelamente. existe un movimiento llamado “Don’t Delete Art” ‒no elimines mi arte, en español‒ que denuncia la censura y “desaparición” de imágenes, dibujos o creaciones artísticas de “desnudos” realizadas por los propios autores, con la finalidad de difundirlas y dar a conocer su trabajo.

En los países escandinavos, concretamente en Noruega, la realidad social es bien distinta. Existe un programa de televisión muy transgresor en el que se imparte educación afectivo sexual a niños y niñas del país. En el formato propuesto aparecen cuerpos de hombres y mujeres completamente desnudos, como modelos reales ‒en lugar de imágenes ficticias a la hora de realizar las charlas‒. Evidentemente no se les ven los rostros para proteger sus identidades, algo que aquí todavía sería impensable. En esta misma línea se encuentra la ya conocida y polémica idea de imponer un “veto parental” –un tema en sí mismo e interesante que se abordará en otro post–.

Aún a día de hoy queda un largo trecho por recorrer en España y en muchos lugares del planeta. La sociedad necesita adaptarse y prepararse para un mundo contemporáneo que avanza cada vez más rápido, a través de una buena educación y muchísima pedagogía.

¿Estarías a favor de que se emitieran talleres de educación con una perspectiva afectivo sexual en la televisión pública, siguiendo el modelo propuesto en Noruega? ¿Qué opinas de la censura en redes sociales de la desnudez humana? ¿Crees que las pautas comunitarias de las redes sociales son demasiado restrictivas?

Autora: Vanesa Romero Ballester (Psicóloga y Sexóloga)

Créditos de la imagen; María Ciocnadi y Emedièfeme

Fuentes: Benavent, I. (2020). Una campaña para liberar los pezones en Instagram. https://irebenavent.com/normalizar-pezones-en-instagram/

García C. (2021). El Arte que censuran las redes sociales. La razón, https://www.larazon.es/cultura/20210201/3f2e2ysqvfas7l6ri5f52sjdjm.html

#FreeTheNipple #Censura #Feminismo #EmpoderamientoFemenino #Pezón #Pezones

Donjuanismo

El término Donjuanismo es socialmente reconocido y aplicado al comportamiento de algunos hombres respecto a la conquista de las mujeres. Buscan enamorarlas, seducirlas, engañarlas y una vez conseguido su objetivo, las abandonan con el solo deseo de coleccionarlas como una especie de trofeo que ha ganado en una competencia de caza.

Los donjuanes buscan la “virginidad”, la “pureza en las mujeres” y, una vez que cumplen su propósito, se aburren, las desprecian y salen en busca de otra conquista. Para el “Don Juan” toda mujer es un reto, usa su poder con toda clase de artimañas, técnicas de seducción y mentiras para obtener a la mujer que desea. Un hombre con personalidad de Don Juan no puede tener relaciones duraderas, profundas, sino formas de relaciones superficiales.

El término “Don Juan” es una creación de la Literatura Universal. Desde la Edad Media ‒y aún mucho antes desde las épocas de la Grecia Antigua‒, ya algunos dioses ‒y especialmente Zeus‒, podrían aspirar sin dificultad al título de “Don Juan”. En las aventuras amorosas del padre de los dioses, como en la vida del caballero de Sevilla de Tirso de Molina, se encuentran raptos, violaciones, seducciones… Pero fueron necesarios los siglos de moralismo cristiano para transformar los inocentes excesos sensuales del dios griego en las hazañas amorosas de un noble que causa tales estragos en el terreno del amor ‒El Burlador de Sevilla‒. Fue precisamente en el ambiente árido, represivo y severo de la Corte española, en donde se cernía la pesadilla de la Inquisición, ahí aparece esta idea como contraparte del estereotipo de la etiqueta y la sensualidad reprimida.

Desde la aparición del mito de Don Juan, esta figura se ha instalado en el pensamiento y en el sentimiento de nuestra cultura occidental, en donde el donjuanismo se plantea como una relación entre sexos que otorga al varón una superioridad desconsiderada sobre la mujer. Desde la infancia, este modelo de conducta es reafirmado en los varones debido al estereotipo de masculinidad que todavía prevalece. «Mientras más parejas sexuales establece, más hombre se le considera».

Por eso es importante la educación en el hogar acerca de este aspecto en los jóvenes. Es fundamental ya que precisamente en la etapa de la adolescencia es cuando se define la identidad en todos los sentidos, incluida la sexual. Un varón con una clara identidad de género muy difícilmente sería un “Don Juan”. En realidad, los hombres que son “donjuanes” hasta el final de sus vidas, lo son porque siempre conservan los rasgos de esa indeterminación juvenil.

En algunos hogares donde hay varios jóvenes es frecuente ver cómo el juicio del padre sobre la conducta de uno de sus hijos varones ‒y aún el de la madre‒ es favorable y estimula la actitud de éstos hacia la relación con muchas. Incluso celebrando, en algunos casos, la promiscuidad, como una reafirmación de la hombría del joven. Socialmente, el joven que tiene éxito con las mujeres es más aceptado en los grupos ‒incluso de mujeres‒ que aquel que es tímido o muy parco en la conquista del amor del sexo opuesto. Una característica muy notable de los donjuanes es su incapacidad para amar: son anarquistas del amor. Ignoran la felicidad, la virtud, la honestidad… Consideran válida cualquier arma para conquistar. Los sentimientos de la otra persona no son tenidos en cuenta. Sólo les interesa el “instante de placer” y el “triunfo permanente” sobre la mujer a la que someten, así como sobre el marido o el novio que logran burlar.

El hombre con personalidad de Don Juan concibe el amor como algo deportivo, pasajero. Ve en éste una competencia permanente y compite con otros hombres para ver quien logra conquistar el mayor número de mujeres. Uno de los conceptos de la teoría psicoanalítica postula que, en los individuos con personalidad de Don Juan, podría hallarse una homosexualidad latente, debido a su alto contenido de narcisismo en su personalidad. En la consulta se ha confirmado que en el fondo hay un temor inconsciente hacia sus impulsos homosexuales.

Es posible es que este estilo seductor sea una verdadera compulsión, se vuelven adictos a la conquista, en un intento por experimentar seguridad y confianza, que se convierte en un estilo de vida, sin el cual se les hace imposible vivir.

El Don Juan cree estar enamorado, pero su sentimiento es transitorio y de allí, podemos deducir que nunca lo está. Se convierte en un deseo platónico, nunca en un amor verdadero. Platón decía que uno siempre desea lo que no tiene. Esto le sucede al individuo con características de Don Juan. Justo en aquel momento que conquista aquello que tanto deseaba ‒de inmediato‒ pierde su interés. En caso de que la mujer se enamore de él, pierde el deseo e interés por la mujer y la abandona. Muchas veces sin haber tenido relaciones intimas, en el momento que él se da cuenta de que ella lo desea, ya consiguió su triunfo y pierde el interés. Pero en caso de que él ponga los ojos en una mujer y esta no ceda, allí es donde no se dará por vencido, y se vale de todos sus poderes de conquista hasta lograr tener el triunfo sobre ésta.

El Don Juan tiene una característica importante, sabe cómo llegar a la mujer, cuándo halagarla, es capaz de intuir las necesidades o carencias de su víctima. Podríamos ver en ellos una conducta fóbica, ésta es una forma de defenderse de los contactos afectivos duraderos.

Hay que tener en cuenta a individuos de 40 a 55 años que han sido Donjuanes, muchos de ellos a pesar de estar bien maduros siguen viviendo con sus madres, lo que nos demuestra la interpretación edípica del Donjuanismo. Las crisis que tienen alrededor de los 50, nos muestra su insatisfacción. A esa edad se dan cuenta de que sus amigos están casados, con hijos y para ellos es difícil disfrutar de la compañía femenina como cuando tenían 25 años.

Es en estos momentos, que muchos acuden a la consulta profesional. Los más inteligentes quieren que se les oriente a formar una familia, se sienten muy apresurados por todo el tiempo perdido y quieren una ayuda, para poder llevar una vida sana. Muchos tienen unos niveles de autoestima bajos. Otros buscan terapia, paradójicamente, con el fin de que se les ayude a continuar con su vida de conquistas.

El Donjuanismo pertenece al Trastorno Histriónico de la Personalidad y se presenta en hombres o mujeres, tanto solteros como en casados. No toda persona que tenga muchos amantes padece este trastorno. Para tenerlo hay que reunir los criterios diagnósticos del Trastorno Histriónico de la Personalidad. Las personas que sufren este trastorno poseen un patrón en general de una excesiva emotividad y una búsqueda permanente de atención, que comienza al principio de la edad adulta. Tenemos los siguientes indicadores, según el DMSV, y han de estar presentes cinco o más de ellos:

1. No se siente cómodo en las situaciones en las que no es el centro de atención.
2. La interacción con los demás suele estar caracterizada por un comportamiento sexualmente seductor o provocador.
3. Muestra una expresión emocional superficial y rápidamente cambiante.
4. Utiliza permanentemente el aspecto físico para llamar la atención sobre sí mismo.
5. Tiene una forma de hablar excesivamente subjetiva y carente de matices.
6. Muestra autodramatización, teatralidad y exagerada expresión emocional.
7. Es sugestionable, por ejemplo, fácilmente influenciable por los demás o por las circunstancias.
8. Considera sus relaciones más íntimas de lo que son en realidad.

Autor: Xud Zubieta (Doctor en Psicología y sexólogo)

Créditos de la imagen; María Ciocnadi y Emedièfeme

Sexo, sexualidad y redes sociales

En otoño del 2019 tuve la oportunidad de hacer una presentación sobre el tema de las redes sociales, desde la perspectiva de la sexualidad. El vídeo que podéis ver a continuación forma parte de una serie de sesiones clínicas organizadas por el Instituto Superior de Estudios Psicológicos, ISEP, en el cual soy profesor sobre todo en los cursos de máster en sexología y terapia de pareja,

No sólo espero que te guste, sino que además nos lo hagas saber y nos dejes tus comentarios.

La presentación hace una retrospectiva que parte del advenimiento de Internet, la increíble proliferación en la utilización de las nuevas tecnologías. Proporciona datos, estadísticas e información que ayudan a tener una idea más clara de los peligros que la red representa, al tiempo que muestra la forma en que se pueden disminuir dichos riesgos. Por otra parte, incide en los beneficios y aspectos positivos de la utilización de Internet y alienta a los padres, madres, profesores y profesoras, así como como personas que fungen como educadoras con respecto a las personitas que enseña. Se formulan una serie de pautas que permiten saber de qué forma proteger a los niñas y niñas, alentándolos a utilizar Internet adecuadamente y sacarle el mayor provecho posible.

Queda claro que es una situación más en la que el doctor Xud Zubieta presenta claramente un tema de actualidad de forma que pregunta y responde una serie de cuestiones de gran utilidad en el ámbito educativo, familiar y virtual.

Créditos de la imagen; María Ciocnadi y Emedièfeme

El placer y el dolor en las relaciones sexuales

Algunas personas refieren que un punto de dolor, en el momento oportuno, es el desencadenante perfecto que les precipita al éxtasis. Ese momento oportuno se suele dar cuando el nivel de excitación es ya muy alto… es como la gota que desborda el vaso. En esos instantes, entre otras prácticas, besos muy intensos, pellizcos y mordiscos en los labios, pezones… arañazos, fuertes palmadas en las nalgas y un manoseo más intenso de los pechos incrementan la excitación hasta culminar en el orgasmo. Este coqueteo con los estímulos dolorosos forma parte de los juegos de muchas parejas que se deleitan incluyéndolo en su repertorio erótico.

Por otro lado, hay relaciones sexuales que se centran en el dolor, en el sometimiento, y que se pueden llevar hasta el extremo de no incluir el coito o (ni siquiera) el orgasmo. Se trata de experiencias que van más allá y que pueden llegar a suponer un verdadero peligro para alguno de los participantes. Ciertamente, estas prácticas, bastante más duras, son mucho menos frecuentes, ya que la mayoría de las personas no asocian el placer con dolor hasta tales extremos. Aunque es verdad que el universo sadomasoquista es muy amplio y variado.

Para el Marqués de Sade, la vida no es sólo una búsqueda de placer. Para él, el placer va asociado al sufrimiento: «El cuerpo no es otra cosa que el instrumento para producir dolor«. Hay quien encuentra en la asociación del corpus erótico de Sade, que exalta el dolor y el placer, la fascinación por los rituales de muerte: juegos de gladiadores, corridas de toros, ejecuciones públicas, sacrificios religiosos, crucifixión…

En el mundo del erotismo, los seguidores de Sade pueden llegar al exceso de apagar cigarrillos en los pezones, hacer cortes y producir heridas que necesitan asistencia médica. Como no suelen encontrar parejas que les acompañe, llegan a pagar grandes sumas para desarrollar sus fantasías en el mundo de la prostitución.

El contrapunto del sádico está en el masoquistaSacher-Masoch, que en ‘La Venus de las Pieles‘ expresa así su pasión: «Para mí, el sufrimiento tiene un atractivo singular; la tiranía, la crueldad y, sobre todo, la infidelidad de una mujer bella, estimulan mucho mis pasiones». Las relaciones eróticas para Sacher-Masoch resultaban imposibles si no se encontraba en inferioridad manifiesta, en situaciones de humillación y de crueldad.

Algunos profesionales plantean que el problema de estas prácticas, en las que el estímulo erótico está firmemente asociado a producir o sentir dolor, es que pueden necesitar incrementar las sensaciones hasta el extremo de que llegan a ser peligrosas. Aunque, como ya se ha comentado, los adeptos a sufrir con el sexo son poco frecuentes. La mayoría se limita a coquetear con los estímulos dolorosos de manera mucho más inocente.

¿Qué opinas de la asociación de dolor y sexo? ¿Te estimula un cierto toque de dolor en tus prácticas sexuales? ¿Has conocido a alguien aficionado a estas tendencias? ¿Con quién te identificas más, con Sade o con Sacher-Masoch?

Autor: Dr. Xud Zubieta Méndez

El disfrute del dolor en el sexo

Algunas personas refieren que un punto de dolor, en el momento oportuno, es el desencadenante perfecto que les catapulta al éxtasis sexual. Ese momento oportuno se suele dar cuando el nivel de excitación es ya muy alto, es como la gota que desborda el vaso. En esos instantes, entre otras prácticas, besos muy intensos, pellizcos y mordiscos en los labios, pezones… arañazos, pellizcos en las nalgas y un manoseo más intenso de los pechos, incrementan la excitación hasta culminar en el orgasmo. Este coqueteo con los estímulos dolorosos forma parte de los juegos de muchas parejas que se deleitan incluyéndolo en su repertorio erótico.

Por otro lado, hay relaciones sexuales que se centran en el dolor, en el sometimiento, y que se pueden llevar hasta el extremo de no incluir el coito o (ni siquiera) el orgasmo. Se trata de experiencias que van más allá y que pueden llegar a suponer un verdadero peligro para alguno de los participantes. Ciertamente, estas prácticas, bastante más duras, son mucho menos frecuentes, ya que la mayoría de las personas no asocian el placer con dolor hasta tales extremos. Aunque es verdad que el universo sadomasoquista es muy amplio y variado.

Para el Marqués de Sade, la vida no era sólo una búsqueda de placer. Para él, el placer estaba asociado al sufrimiento: «El cuerpo no es otra cosa que el instrumento para producir dolor«. Hay quien encuentra en la asociación del corpus erótico de Sade, que exalta el dolor y el placer, la fascinación por los rituales de muerte: juegos de gladiadores, corridas de toros, ejecuciones públicas, sacrificios religiosos, crucifixión…

En el mundo del erotismo, los seguidores de Sade pueden llegar al exceso de apagar cigarrillos en los pezones, hacer cortes y producir heridas que necesitan asistencia médica. Como no suelen encontrar parejas contentas de seguir esta dinámica, pueden estar dispuestas a pagar grandes sumas de dinero para desarrollar sus fantasías en el mundo de la prostitución.

El contrapunto del sádico está en el masoquistaSacher-Masoch, que en ‘La Venus de las Pieles‘ expresa así su pasión: «Para mí, el sufrimiento tiene un atractivo singular; la tiranía, la crueldad y, sobre todo, la infidelidad de una mujer bella, estimulan mucho mis pasiones». Las relaciones eróticas para Sacher-Masoch resultaban imposibles si no se encontraba en inferioridad manifiesta, en situaciones de humillación y de crueldad. Todo lo cual nos da una clara idea de su personalidad.

Algunos profesionales plantean que el problema de estas prácticas ‒en las que el estímulo erótico está firmemente asociado a causar o sentir dolor‒ es que pueden necesitar incrementar las sensaciones hasta el extremo de que llegan a ser peligrosas. Aunque, como ya se ha comentado, los adeptos a disfrutar sufriendo con el sexo son poco frecuentes. La mayoría se limita a coquetear con los estímulos dolorosos de manera mucho más inocente y light o “vainilla”. ¿Qué opinas de la asociación de dolor con el sexo? ¿Te estimula un cierto toque de dolor en tus prácticas sexuales? ¿Has conocido a alguien aficionado a estas tendencias? ¿Con quién te identificas más, con Sade o con Sacher-Masoch?

Autor: Dr. Xud Zubieta-Méndez

Referencias:

Marqués de Sade. Los 120 días de Sodoma o la escuela del libertinaje. Grupo Editorial Tomo. México.

Polansky, Roman (2013). Las pieles de Venus. Largometraje.

Sacher-Masoch (1963). Las pieles de Venus. Alianza Editorial, México.

Fetichismo de ropa interior

Sin duda, uno de los fetiches más populares es el relacionado con la ropa interior: corpiños, sostenes, bragas, tangas y todo tipo de lencería femenina, así como calzoncillos, bóxers, jockstraps… Existen muchos ejemplos de este tipo de fetichismo y las historias que guardan resultan muy curiosas, especialmente para quienes nada tienen que ver con la afición del fetichismo.

Quizás no debiera sorprendernos que la ropa interior sea el reclamo de muchas personas fetichistas. Después de todo, entre otras cosas representa la intimidad. La idea de que la ropa interior entra en contacto con las zonas genitales despierta la imaginación del fetichista, y puede resultarle de especial interés el aspecto visual, táctil u olfativo de la misma. Para los fetichistas más visuales parece importante el diseño de la prenda: el tamaño, la forma, el color… Su excitación se deriva de lo que percibe con la vista y su imaginación se dispara con algunas prendas en concreto. A veces le basta con poder contemplarlas, otras no necesitará un contacto más estrecho con la prenda.

Su objeto de fetiche suele contar con características muy concretas. Muy probablemente hay una historia detrás de la predilección por el fetiche, aunque los datos en este respecto no estén consensuados. En cualquier caso, existe evidencia de que muchos fetichistas crearon una asociación importante, a edad temprana, entre una situación específica y su fetiche.

Otros fetichistas de la ropa interior fijan su interés en los olores que puede desprender la prenda. Conocemos el caso de un hombre que estaba dispuesto a pagar un buen precio por ropa interior usada y sin lavar. Hace tiempo también tuvimos un paciente en la treintena que coleccionaba bragas de sus conquistas. Nos contaba que a menos que tuviera una prenda de su aventura, no quedaba satisfecho. De hecho, él solía confesar su fetiche a la chica en cuestión. Quizás porque era el modo más sencillo conseguir que la mujer se la dejara. Algunas de ellas se sentían halagadas y se la daban sin más. Otras se sentían utilizadas y se negaban. Entendemos que para este hombre la prenda de cada chica era la prueba física de que había estado con ellas, sus trofeos o sus medallas. Las coleccionaba, y en privado se autoestimulaba con ellas.

Tuvimos otro paciente con un fetiche similar. Era un joven gay de unos 25 años. Para él, el placer y la excitación experimentada se producía principalmente por el hecho de que robaba la ropa interior de los hombres con los que tenía sexo. Para cuando llegó a consulta, tenía una amplia colección de todo tipo de calzoncillos y bóxers sustraídos secretamente de sus incautos amantes. Había llegado a un punto en el que el sexo en sí carecía de interés para él, se preocupaba más en que iba a conseguir hacerse con la prenda.

Otro curioso ejemplo lo encontramos en hombres heterosexuales que se excitan poniéndose lencería femenina. En éstos, el placer está tanto en el contacto que las prendas tienen con su piel, como con la apariencia que les ofrece. Recordamos que hace un tiempo se publicó en algunos medios que Victoria Beckham confesaba que ésa era una de las aficiones de su marido. No sabemos cuántos otros visten de seda en la intimidad, pero a tenor del número de foros que hay para esta afición en Internet, suponemos que se trata de una cantidad elevada.

¿Cuál es tu experiencia con respecto a este tipo de fetichismo? ¿Te atrae la idea? ¿Te repele? ¿Conoces algún caso?

Texto: Dr. Xud Zubieta