Tinder, Badoo, Grindr, eDarling, Meetic… y así, infinitas aplicaciones o páginas que facilitan diferentes tipos de relación, pero al revisar estas plataformas encontramos una gran cantidad de anuncios, en su mayoría de hombres, que buscan encuentros sexuales esporádicos y sin complicaciones. No obstante, cada vez se ven más perfiles de mujeres abiertas a relaciones esporádicas. Con este acontecimiento en auge, nos preguntamos: ¿Cuál es mayor, la necesidad de sexo o la necesidad de afecto? ¿O es que es más difícil solicitar afecto expresamente? Las necesidades implícitas y las implicaciones son completamente distintas.
En relación con la necesidad de afecto, sabemos que el ser humano es afectuoso por naturaleza, presentamos una necesidad de vinculación con otras personas que tarde o temprano se hace presente. Curiosamente, una de las principales preocupaciones entre parejas es el tema afectivo. No obstante, el amor y el afecto no excluyen necesariamente el sexo. ¿Cuál es la diferencia? Las relaciones esporádicas se pueden improvisar, mientras que las relaciones de pareja no. La determinación que nos lleva a elegir un tipo de relación, u otra, dependerá de la necesidad de refuerzo que tengamos: las relaciones sexuales esporádicas representan un refuerzo positivo a corto plazo e inmediato, mientras que las relaciones de pareja (momento que llega tarde o temprano) representan un refuerzo más a largo plazo, y no tiene por qué ser inmediato. A pesar de ello, recordemos, el refuerzo que se recibe con una relación o con otra no es definitivo, influyen muchas otras variables.
De entre las variables que también pueden influir a la hora de elegir el tipo de relación, encontramos la capacidad de compromiso. Sabemos que todos los seres humanos tenemos la necesidad de amar y de ser amados. No obstante, la capacidad de compromiso no siempre acompaña dicha necesidad. Una relación sexual esporádica puede ahuyentar ―o, por lo menos, dar esa impresión― el miedo al compromiso en una relación de pareja. Es decir, el mero hecho de pensar en la posibilidad de compromiso puede ser lo que motive a la persona a buscar el sexo de ocasión. La gratificación inmediata palia esos temores. El efecto se sentirá tarde o temprano, no obstante.
Las relaciones sexuales esporádicas ―o las estables― no son necesariamente negativas o poco recomendables. Al igual que muchas otras prácticas, la cuestión es la monotonía de esa práctica, es decir, si esa práctica es la única que se realiza. Una persona puede dejar de vivir emociones maravillosas y profundas cuando establece únicamente relaciones sexuales esporádicas, negándose la posibilidad de profundizar en el acto de vivir experiencias y de compartir otro espectro de emociones implícitas en otro tipo de relaciones.
A veces, el protegerse excesivamente de las emociones ―por la razón que sea: por comodidad, por querer blindarse del posible sufrimiento en caso de romper la relación, o por evitar la decepción que se anticipa― puede conducir a una cierta anestesia o bloqueo emocional. No se sufre dolor ni desengaños, pero tampoco la pasión ni la profundidad del amor.
¿Cuál es tu experiencia en este tema? ¿Has tenido sexo de ocasión? ¿Durante un largo tiempo? ¿Te ha parecido satisfactorio? ¿Eres de las personas que rehuye del compromiso? ¿Eres capaz de separar amor de sexo? ¿Pones alguna barrera en tus sentimientos?
Referencias:
- https://www.cuerpomente.com/psicologia/pareja/miedo-compromiso-pareja-causas-soluciones_958
- Riso, W. (2003). ¿Amar o depender?: cómo superar el apego afectivo y hacer del amor una experiencia plena y saludable. Editorial Norma.
Autora: Lucía Muñoz Soler (Psicóloga y Sexóloga)