«Si tienes la capacidad de amar, ámate a ti mismo primero” (Charles Bukowski). Cuantas veces hemos escuchado o leido este tipo de frases? Millones de veces. Desde pequeños nos han educado para ser respetuosos, altruistas, generosos con los demás, pero con nosotros mismos? Pues no, esto es algo que nadie nos ha enseñado y es algo tan sencillo y tan importante en todos los aspecto de la vida, incluyendo el sexual. El desarrollo de una sana autoestima es, sin embargo, uno de los factores que más contribuyen en el disfrute de las relaciones sexuales. Es lógico que si la persona se siente segura y contenta consigo misma, si se gusta y se siente atractiva y deseada, el gozo es mayor. Para eso no hace falta cumplir con los requisitos propios de un concurso de belleza. ¿No os lo crees?
Hemos podido ver en consulta el caso de una chica rubia guapísima, con un fisico estupendo. Esta atractiva mujer, no obstante, tenía serios problemas de autoestima. Casos como éste son habituales. Su baja autoestima provenía de una percepción distorsionada de su imagen corporal. Ella no se veía nada deseable, era excesivamente perfeccionista y tenía una fuerte tendencia a exagerar sus puntos débiles, sus pequeñas imperfecciones. Su estilo de relación era temeroso e inhibido, como un animalito desprotegido. La actividad sexual en su vida no existía. Era incapaz de sentirse digna ser amada y estaba demasiado preocupada por sus temores como para deleitarse en el autoerotismo.
La belleza física es un fenómeno subjetivo y efímero, en el que la sociedad y la epoca en la que vivimos influyen bastante. Por ejemplo, el canon de belleza de los años 40 es totalmente distinto del actual. Esto, de acuerdo con Ana Martínez Berreiro, es debido también a cambios en el consumismo de la sociedad. De hecho, no merece la pena atormentarse ni lamentarse por nuestros atributos físicos, si bien es cierto que, por diversas razones, consideramos positivo el cuidarse. Es posible cultivar la mente al tiempo que se cuida el cuerpo y la higiene, una cosa lleva a la otra y se retroalimentan: el equilibrio será el objetivo.
La mayoria de las veces lo que hace a una persona deseable, más que sus atributos físicos es su actitud ante la vida. Por ejemplo, el sentido del humor, su entusiasmo, su forma de sonreir, su mirada. Nos parecerán encantadoras aquellas personas con quienes sentimos una mayor afinidad o quienes poseen cualidades que admiramos.
También puede pasar que nos fijemos en aquellas otras personas que se diferencian del resto por su creatividad. Y, quizás, porque se atreven a ser diferentes, que es justo lo que las hace atractivas.
Esas cualidades, que vemos en otras personas y que podemos admirar, existen en nuestra persona, en mayor o menor medida.
Es de vital importancia que aprendamos a reconocerlas y a sacarles partido. Esas cualidades son sin duda más importantes que el aspecto físico y perduran mucho más.
Todos tenemos un potencial atractivo que hay que saber aprovechar. ¡Refuerza tu autoestima sexual, ámate y acéptate, así tal como eres!
¿Qué cinco aspectos valoras de ti como amante? Reconócelos y foméntalos! ¿Y en otras personas? ¿Consideras que estás aprovechando tu potencial erótico lo suficiente? ¿Cómo dirías que está tu autoestima sexual?
Referencias:
La construcción social del cuerpo en las sociedades contemporáneas; Paper 73, 2004 de Ana Martínez Barreiro
Autora: Elena Evangelisti (Psicóloga y sexóloga)