Donjuanismo

El término Donjuanismo es socialmente reconocido y aplicado al comportamiento de algunos hombres respecto a la conquista de las mujeres. Buscan enamorarlas, seducirlas, engañarlas y una vez conseguido su objetivo, las abandonan con el solo deseo de coleccionarlas como una especie de trofeo que ha ganado en una competencia de caza.

Los donjuanes buscan la “virginidad”, la “pureza en las mujeres” y, una vez que cumplen su propósito, se aburren, las desprecian y salen en busca de otra conquista. Para el “Don Juan” toda mujer es un reto, usa su poder con toda clase de artimañas, técnicas de seducción y mentiras para obtener a la mujer que desea. Un hombre con personalidad de Don Juan no puede tener relaciones duraderas, profundas, sino formas de relaciones superficiales.

El término “Don Juan” es una creación de la Literatura Universal. Desde la Edad Media ‒y aún mucho antes desde las épocas de la Grecia Antigua‒, ya algunos dioses ‒y especialmente Zeus‒, podrían aspirar sin dificultad al título de “Don Juan”. En las aventuras amorosas del padre de los dioses, como en la vida del caballero de Sevilla de Tirso de Molina, se encuentran raptos, violaciones, seducciones… Pero fueron necesarios los siglos de moralismo cristiano para transformar los inocentes excesos sensuales del dios griego en las hazañas amorosas de un noble que causa tales estragos en el terreno del amor ‒El Burlador de Sevilla‒. Fue precisamente en el ambiente árido, represivo y severo de la Corte española, en donde se cernía la pesadilla de la Inquisición, ahí aparece esta idea como contraparte del estereotipo de la etiqueta y la sensualidad reprimida.

Desde la aparición del mito de Don Juan, esta figura se ha instalado en el pensamiento y en el sentimiento de nuestra cultura occidental, en donde el donjuanismo se plantea como una relación entre sexos que otorga al varón una superioridad desconsiderada sobre la mujer. Desde la infancia, este modelo de conducta es reafirmado en los varones debido al estereotipo de masculinidad que todavía prevalece. «Mientras más parejas sexuales establece, más hombre se le considera».

Por eso es importante la educación en el hogar acerca de este aspecto en los jóvenes. Es fundamental ya que precisamente en la etapa de la adolescencia es cuando se define la identidad en todos los sentidos, incluida la sexual. Un varón con una clara identidad de género muy difícilmente sería un “Don Juan”. En realidad, los hombres que son “donjuanes” hasta el final de sus vidas, lo son porque siempre conservan los rasgos de esa indeterminación juvenil.

En algunos hogares donde hay varios jóvenes es frecuente ver cómo el juicio del padre sobre la conducta de uno de sus hijos varones ‒y aún el de la madre‒ es favorable y estimula la actitud de éstos hacia la relación con muchas. Incluso celebrando, en algunos casos, la promiscuidad, como una reafirmación de la hombría del joven. Socialmente, el joven que tiene éxito con las mujeres es más aceptado en los grupos ‒incluso de mujeres‒ que aquel que es tímido o muy parco en la conquista del amor del sexo opuesto. Una característica muy notable de los donjuanes es su incapacidad para amar: son anarquistas del amor. Ignoran la felicidad, la virtud, la honestidad… Consideran válida cualquier arma para conquistar. Los sentimientos de la otra persona no son tenidos en cuenta. Sólo les interesa el “instante de placer” y el “triunfo permanente” sobre la mujer a la que someten, así como sobre el marido o el novio que logran burlar.

El hombre con personalidad de Don Juan concibe el amor como algo deportivo, pasajero. Ve en éste una competencia permanente y compite con otros hombres para ver quien logra conquistar el mayor número de mujeres. Uno de los conceptos de la teoría psicoanalítica postula que, en los individuos con personalidad de Don Juan, podría hallarse una homosexualidad latente, debido a su alto contenido de narcisismo en su personalidad. En la consulta se ha confirmado que en el fondo hay un temor inconsciente hacia sus impulsos homosexuales.

Es posible es que este estilo seductor sea una verdadera compulsión, se vuelven adictos a la conquista, en un intento por experimentar seguridad y confianza, que se convierte en un estilo de vida, sin el cual se les hace imposible vivir.

El Don Juan cree estar enamorado, pero su sentimiento es transitorio y de allí, podemos deducir que nunca lo está. Se convierte en un deseo platónico, nunca en un amor verdadero. Platón decía que uno siempre desea lo que no tiene. Esto le sucede al individuo con características de Don Juan. Justo en aquel momento que conquista aquello que tanto deseaba ‒de inmediato‒ pierde su interés. En caso de que la mujer se enamore de él, pierde el deseo e interés por la mujer y la abandona. Muchas veces sin haber tenido relaciones intimas, en el momento que él se da cuenta de que ella lo desea, ya consiguió su triunfo y pierde el interés. Pero en caso de que él ponga los ojos en una mujer y esta no ceda, allí es donde no se dará por vencido, y se vale de todos sus poderes de conquista hasta lograr tener el triunfo sobre ésta.

El Don Juan tiene una característica importante, sabe cómo llegar a la mujer, cuándo halagarla, es capaz de intuir las necesidades o carencias de su víctima. Podríamos ver en ellos una conducta fóbica, ésta es una forma de defenderse de los contactos afectivos duraderos.

Hay que tener en cuenta a individuos de 40 a 55 años que han sido Donjuanes, muchos de ellos a pesar de estar bien maduros siguen viviendo con sus madres, lo que nos demuestra la interpretación edípica del Donjuanismo. Las crisis que tienen alrededor de los 50, nos muestra su insatisfacción. A esa edad se dan cuenta de que sus amigos están casados, con hijos y para ellos es difícil disfrutar de la compañía femenina como cuando tenían 25 años.

Es en estos momentos, que muchos acuden a la consulta profesional. Los más inteligentes quieren que se les oriente a formar una familia, se sienten muy apresurados por todo el tiempo perdido y quieren una ayuda, para poder llevar una vida sana. Muchos tienen unos niveles de autoestima bajos. Otros buscan terapia, paradójicamente, con el fin de que se les ayude a continuar con su vida de conquistas.

El Donjuanismo pertenece al Trastorno Histriónico de la Personalidad y se presenta en hombres o mujeres, tanto solteros como en casados. No toda persona que tenga muchos amantes padece este trastorno. Para tenerlo hay que reunir los criterios diagnósticos del Trastorno Histriónico de la Personalidad. Las personas que sufren este trastorno poseen un patrón en general de una excesiva emotividad y una búsqueda permanente de atención, que comienza al principio de la edad adulta. Tenemos los siguientes indicadores, según el DMSV, y han de estar presentes cinco o más de ellos:

1. No se siente cómodo en las situaciones en las que no es el centro de atención.
2. La interacción con los demás suele estar caracterizada por un comportamiento sexualmente seductor o provocador.
3. Muestra una expresión emocional superficial y rápidamente cambiante.
4. Utiliza permanentemente el aspecto físico para llamar la atención sobre sí mismo.
5. Tiene una forma de hablar excesivamente subjetiva y carente de matices.
6. Muestra autodramatización, teatralidad y exagerada expresión emocional.
7. Es sugestionable, por ejemplo, fácilmente influenciable por los demás o por las circunstancias.
8. Considera sus relaciones más íntimas de lo que son en realidad.

Autor: Xud Zubieta (Doctor en Psicología y sexólogo)

Créditos de la imagen; María Ciocnadi y Emedièfeme