Cambios en el deseo sexual

Todos podemos pasar por etapas de menor interés sexual. Clínicamente, se considera “falta de deseo sexual” cuando el problema se hace persistente y recurrente. En concreto, se manifiesta en la dificultad para iniciar o responder al deseo de actividad sexual en la pareja.

Se le llama deseo sexual inhibido primario cuando la persona nunca ha sentido mucho deseo o interés sexual. Se conoce como deseo sexual generalizado cuando no existe interés sexual hacia ninguna persona ni circunstancia. La situacional se refiere a cuando no aparece interés por la pareja, pero sí por otras personas ‒o por el autoerotismo‒.

A veces, simplemente, hay una discrepancia en los niveles de interés sexual de la pareja, sin que ‒por ello‒ exista deseo sexual inhibido. Por ejemplo, una persona activa sexualmente puede creer que su pareja tiene falta de deseo sencillamente porque no puede seguirle el ritmo.

La queja sobre el deseo sexual es muy común. Una de las causas más frecuentes es el alto grado a que las personas se ven sometidas en su vida cotidiana. Planifican todo ‒menos el disfrute sexual y los ratos de intimidad‒. Cuántas veces la pareja comenta que su vida es tan agotadora que no encuentra el momento.

Quienes sufren este problema suelen formular excusas para evitar una relación sexual con su pareja y casi siempre tienen algo pendiente que realizar todavía ‒recoger la cocina, ver un interesantísimo programa en la tele, terminar un trabajo urgente‒. Esa huida puede suponerles un sentimiento de culpa por no responder a un compromiso implícito y los nervios aumentan a medida que se pospone el encuentro sexual. Así, la relación, la relación sexual puede verse como un hecho desagradable y como una temida obligación.

Tradicionalmente, se considera que es la mujer quien tiene problemas de deseo y que el hombre se muestra siempre dispuesto. Sin embargo, en terapia puede apreciarse que no siempre es así, ni mucho menos.

A ti, ¿te resulta difícil encontrar el momento adecuado para las relaciones sexuales con tu pareja?

Autor: Dr. Xud Zubieta-Méndez

Créditos de la imagen; Maria Ciocnadi y Emedièfeme

¿Cuántas ganas? O, ¡cuántas ganas!

¿Qué es el deseo sexual? Es la motivación para participar en una actividad sexual, solos o acompañados (1). La motivación tiene grados… a todos nos gustan los helados ¿no?, pero ¿siempre quieres comerte uno, todo el tiempo, las cuatro épocas del año, 24/7? No, ¿verdad? Pues igual con el sexo, hay muchos factores que afectan e influyen en la motivación para tenerlo.

Es importante tener en cuenta esto en pareja, porque ¡vaya por dios! ¡llevo persiguiendo a mi novio todo el mes y NUNCA le apetece… ¿ya no le pongo? ¿querrá cortar conmigo? Uy, frena amigo, la compatibilidad en el deseo sexual no siempre es automática, hay veces que se necesita cuidado y conciencia para llegar a un equilibrio.

Igual que cada persona pasa por distintas etapas de deseo, la pareja en sí también tiene períodos. Por ejemplo, cuando pasamos por una etapa vital agradable, positiva, con tiempo libre y relajada, las ganas de hacerlo suben como la espuma. En cambio, si vives tiempos de estrés y presión, tienes menos ganas porque A) tienes la cabeza en el agobio, y B) el pensar que “tienes” que follar con tu pareja, te agobia más. ¡Cuidado, se acerca un bucle de sequía…!

Sin embargo, esto no significa que tu pareja no te quiera o ya no le atraigas, o cualquier pensamiento irracional que se te pase por la cabeza… Sólo se trata del deseo sexual, de escuchar, comunicarnos, hablar y no ceder ante las inseguridades. Si sois una pareja capaz de hablar de la situación, ¡el problema está prácticamente resuelto! Puede que sigas sin follar, sí, pero con la tranquilidad de saber el motivo y no tener rayadas innecesarias. E igual con la persona que por “X” razones no le apetece. El hecho de quitar la obligación de tener sexo sí o sí para demostrar su afecto, puede que le alivie tanto, que pronto vuelva a la carga, sorprendiéndote con una gran sesión de sexo descarga-tensiones. ¿Quién sabe? Sólo necesitas COMUNICARTE y ser empático.

Y en caso de que a tu compañía sexual no le apetezca, siempre te quedarán tus manitas, la imaginación, un buen lubricante, ¡y a volar!

Ahora bien, si NUNCA tienes ganas de mantener relaciones sexuales solo o en compañía… puede considerarse un problema. Y si te inquieta, puedes ponerte en contacto con un profesional para que te ayuden. ¡Todo se solucionará!

¿Has notado que tu interés por el sexo cambia en distintas etapas de tu vida? ¿Cuándo sueles sentir mayor deseo sexual? ¿Cuándo menos? ¿Es similar tu grado de deseo al de tu pareja? ¿Cómo vives la discrepancia?

Sierra, J. C., Díaz, G., Álvarez-Muelas, A., Calvillo, C., Granados, R., & Arcos-Romero, A. I. (2019). Relación del deseo sexual con la excitación sexual objetiva y subjetiva. Revista de Psicopatología y Psicología Clínica24(3), 173-180.

Autora: Lorena Pérez Romero