El Síndrome de Medea se refiere a cuando un progenitor asesina a uno de sus hijos o hijas para hacer daño al otro progenitor. En las noticias acaba de saltar un caso que ha causado conmoción en España. Ha aparecido “Olivia” muerta ‒la mayor de las dos niñas que se creía que había sido secuestrada, junto a su hermana pequeña, por su padre‒. ¿Se trata de violencia machista? Sí, inequívocamente. En el caso de ser el padre quien comete semejante atrocidad, se le denomina “Violencia Vicaria”, que es una vertiente de la “Violencia de Género”.
Las estadísticas indican que son cada vez más las parejas que se divorcian o separan. Esto nos puede parecer natural en los tiempos que vivimos. En mi opinión, la gente se empareja con demasiada facilidad. Quizás por la incapacidad que muchas personas tienen a la hora de disfrutar de su propia compañía y así tener una vida plena, sin la necesidad de una pareja. Es verdad también que al tener hijos o hijas no siempre se piensa en lo que implica dicha responsabilidad o no se tiene madurez para la crianza de ellos o ellas.
Asimismo, seguimos viviendo en un mundo mayoritariamente machista. Es así que un sinfín de mujeres creen cumplir su sueño al establecer una relación de pareja con quien consideran que es su “príncipe azul”. Sin embargo, por lo que nos dicen las estadísticas, a menudo se equivocan y éste “les sale rana”. Tenemos entendido que encontrar a la “pareja ideal” es equivalente a sacarse el premio gordo de la lotería, en cuanto a probabilidades se refiere.
En lo que va del 2020, en España han muerto asesinadas dieciocho mujeres en las manos de sus parejas. La última ha sido una chica andaluza de 17 años que llevaba seis años con su novio, y con quien tenía un hijo de un año. No sólo la asesinó porque lo dejó, sino que la descuartizo y se deshizo de los restos. Un horror digno de una enorme crueldad y de un tremendo sadismo.
¿Qué podemos hacer para prevenir este tipo de asesinatos? Desde mi perspectiva profesional, tengo clara la gran necesidad que existe de educar a la gente, desde la infancia y a lo largo de la vida. Hemos visto casos de hombres octogenarias que matan a su esposa.
En consulta, con frecuencia, explico que uno de los mayores refuerzos positivos para una persona ‒especialmente para un hombre machista‒ es que le presten atención. Tan importante es que, cuando por cualquier razón se la retiran, es capaz de matar. Sí, has leído bien. Algo tan simple como recibir atención o dejar de recibirla puede producir un homicidio, muchas veces desalmado.
Aunque los partidos de ultraderecha niegan su existencia, la gente en general reconocemos que la Violencia de Género es una lacra lamentable. Sólo desaparecerá con educación y con conciencia de lo que implica. Negar su existencia es un despropósito e incluso una complicidad del delito.
Como estamos pudiendo ver estos días, dicha violencia tiene una variedad de vertientes. Éstas van, desde el daño físico ‒que es la más evidente‒, hasta las más sutiles formas de maltrato psicológico.
La Violencia Vicaria mezcla el maltrato físico, con el maltrato psicológico para producir un daño permanente ‒algo que no puede cambiar y puede ser irreparable‒, como asesinar a los propios hijos o hijas. Una persona que es capaz de lo que hemos visto en el caso del secuestro y homicidio de Anna y Olivia, muy probablemente, padece un trastorno sádico-narcisista. Se trata de una persona que no puede aceptar que su pareja lo rechace e intente rehacer su vida. No ha sido capaz de aceptar que Beatriz tuviera una nueva pareja y que lo hubiera dejado. Una persona así no fue educada a tolerar la frustración. Probablemente tuvo una educación muy permisiva y una crianza que alentó el egoísmo.
A día de hoy, sabemos que existían indicios de maltrato y que Beatriz ‒la madre‒, aunque lo denunció por ello, casi enseguida retiró la denuncia. ¿Por qué? Quizás por pensar que era cruel denunciar al padre de sus hijas. Permite, por no sabemos qué razones, que su conducta no tenga consecuencias. Los psicólogos creemos que un hombre que maltrata a su pareja es proclive a maltratar a sus hijos e hijas también.
Es necesario un trabajo dirigido a todas las partes que han tenido una responsabilidad en esta tragedia. Desde las instituciones, hasta las partes directamente implicadas. Creemos que cualquier persona debería poder denunciar un maltrato, aunque no sea a su persona y, así, alertar a las autoridades competentes para que intervengan. Se requiere educación y medios para que las mujeres puedan denunciar y abandonar a sus parejas maltratadoras, sin el riesgo de sufrir un mayor daño.
Estamos de duelo, especialmente porque como sociedad hemos fallado. Necesitamos abrir los ojos de una vez, educar y seguir creando una conciencia que nos acerque cada vez más a la igualdad. Hemos de conseguir que ésa sea la conciencia colectiva. Necesitamos realizar un intenso trabajo en educar desde edades muy tempranas en la inteligencia emocional.
Recordamos que en España puedes marcar el número de teléfono 016 para denunciar que estás sufriendo maltrato o violencia de género. Esto es posible sin que la llamada quede reflejada en la factura.
Nos gustaría conocer tus ideas sobre formas en que se pueden evitar la Violencia de Género en todas sus vertientes. ¿Cómo podemos cada cual poner nuestro granito de arena? ¿Te encuentras en situación de riesgo? ¿Cómo te podemos ayudarte?
Autor: Dr. Xud Zubieta-Méndez
Créditos de la imagen; Xud Zubieta

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