El impacto del Satisfyer

Es muy probable que hayas oído hablar ‒o que conozcas de primera mano‒ de lo que es el “Satisfyer”, el juguete sexual que ha revolucionado el sector de los juguetes eróticos. Un succionador de clítoris que ha conseguido que las mujeres sientan una imperiosa necesidad de contar la experiencia que acaban de vivir. Su éxito reside en una poderosa campaña publicitaria y en su capacidad para centrarse en el clítoris, diferenciándose así de otros juguetes eróticos los cuales se limitan a simular la penetración.

La cuestión es, ¿acaso su fama es merecida? La respuesta es sí, pero con matices. No podemos negar que una de los motivos por los que se ha popularizado con tanta rapidez es que, según la marca, las opiniones y los comentarios online la mayoría de las mujeres que lo utilizan alcanzan el orgasmo. Y no solo eso, sino que además lo hacen en un tiempo récord.

El succionador está diseñado para ser utilizado únicamente en el clítoris, lo que podría parecer a priori un contra, puede ser en realidad, una ventaja. Desmiente categóricamente el mito de que la penetración es un requisito indispensable para alcanzar el clímax y centra toda su atención en el clítoris. Recordemos que es un órgano que durante años ha sido invisibilizado, y cuya única función es la de proporcionar placer. Son muchas las mujeres que alcanzan el orgasmo estimulando el clítoris, por lo que podemos decir que estos nuevos succionadores rompen una lanza a favor de su empoderamiento sexual. Normalizan el hablar de la masturbación y destruyen tabúes sexuales.

Este juguete erótico funciona generando una sensación de vacío y palpitaciones sobre el clítoris. Para ello utiliza un sistema de ondas expansivas y pulsaciones de aire. No hay roce directo con la piel, por lo que el clítoris no sufre. Durante la excitación, el clítoris se vuelve especialmente sensible y muchas mujeres llegan a un punto en el que el roce ‒o presión en esa zona‒ pasa a resultarles molesto o doloroso.

Otra ventaja que también podemos encontrar es que invita a las mujeres a explorar su propio cuerpo. Sabemos que esto no es una ventaja exclusiva del succionador, ya que es algo que ya podemos conseguir con la masturbación manual y con otros juguetes, pero no deja de ser un aspecto positivo. La realidad es que son muchas las mujeres que no conocen suficientemente bien sus genitales ni su respuesta sexual. La especificidad de este juguete requiere que tengamos muy bien localizado nuestro clítoris, de forma que favorece que nos miremos, toquemos y, en definitiva, nos conozcamos.

Sabiendo todo esto, ¿qué inconvenientes puede tener el “Satisfyer”? Que no cunda el pánico, sólo vamos a resaltar algunos aspectos a tener en cuenta. En cuanto a su funcionalidad, no le podemos poner ningún “pero”, este juguete sexual ha demostrado que consigue su objetivo: el orgasmo. No obstante, ha impulsado la fiebre del fast-orgasm, donde parece que lo único importante del sexo es el clímax o gran final. La sociedad de las prisas y la productividad han llegado a nuestra vida sexual. Según usuarias que poseen este juguete, basta con dos minutos para alcanzar el clímax, proporcionando orgasmos con una economía de tiempo sorprendente. A priori, parece que está muy bien, pero… ¿estamos convirtiendo el sexo en comida rápida?

Este empeño por ponerle un temporizador al sexo puede llegar a ser contraproducente. En el caso del varón se parecería a los problemas relacionados con la eyaculación precoz. Por un lado, como hemos comentado, hace pensar que el objetivo del sexo es únicamente alcanzar el orgasmo. Y, por otro lado, puede crear malestar en quien no consiga alcanzar un orgasmo dentro del estándar de los dos minutos. Centrarnos exclusivamente en el orgasmo puede hacer que perdamos por el camino oportunidades de disfrute, de autoconocimiento y de crecimiento sexual. Es importante saber que el sexo es amplio y que hay mil formas de disfrutarlo. Eso sin mencionar que en pareja lo ideal es tener tiempos parecidos para llegar al orgasmo.

A pesar de estos matices, el Satisfyer ha llegado con la intención de quedarse. Debemos verlo como lo que es, un complemento más, y no como un sustituto del sexo. Megwyn White, directora de Educación de Satisfyer declaraba: «Todo el mundo merece tener acceso al placer». No le podemos quitar la razón, esta novedad ha hecho disfrutar a muchas mujeres, y ha contribuido a que la sexualidad femenina salga a la luz. Han situado el orgasmo y el placer femenino en el puesto que se merece.

Y eso amigas y amigos, es maravilloso.

Autora: Celeste Martínez Gavidia (Psicóloga)

Créditos de la imagen; María Ciocnadi y Emedièfeme

Bibliografía

Gómez, S. (2021). Entrevista: Megwyn White, directora de Educación de Satisfyer: «Todo el mundo merece tener acceso al placer». Diario de Sevilla.

Moyano Delgado, A. (2020). Lanzamiento de productos de éxito: el caso Satisfyer.

Raffio, V. (2019). La invención del orgasmo instantáneo. El Periódico.

Reinés, E. (2020). El Satisfyer, icono de la revolución sexual femenina. EFE Salud. https://www.efesalud.com/satisfayer-icono-revolucionsexual-femenina/

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Preliminares Sexuales

¿Existen los preliminares en el sexo? ¿Por qué nos empeñamos en llamarles “preliminares”? ¿Por qué no se les da tanta importancia como al coito? Lamentablemente, hay suficiente evidencia que confirma que la concepción de las relaciones sexuales sigue siendo demasiado “coitocéntrica”. Es decir, que muchas veces el sexo se centra casi por completo en el coito. La mente popular acaba centrando su atención en el “falo” del hombre, pese a ser un recurso más en el sexo.

Para muchas personas, desgraciadamente, el concepto de sexo está asociado directamente con el coito. Sin coito, no se considera sexo. ¿Y cuando tienes sexo oral, amiga? Pues eso… Se concede tanto valor a la penetración, que todo lo demás pasa a un plano secundario (o preliminar, qué casualidad). Es como cuando para cocinar se pide que se “precaliente” el horno, cuando realmente estás tratando de calentarlo para utilizarlo. Que el horno esté caliente implica un proceso por sí mismo, cuya importancia radica en conseguir que la temperatura alcance un punto óptimo. El proceso es importante en su totalidad y no sólo parcialmente. Si seguimos a Rosemary Basson, al hablar de la respuesta sexual femenina, las mujeres que “precalientan el horno” presentan mayores indicios de excitación, como puede ser una mayor lubricación y congestión genital. Es decir, a partir de la construcción de un contexto erótico y sexual, la mujer puede aumentar sus niveles de excitación y por consecuencia el placer. ¿Puede que éste sea el secreto del placer femenino?

Uno de los mensajes que intentamos comunicar continuamente es que en las relaciones sexuales, cada movimiento, cada caricia, cada beso, cada rol, cada experiencia, cada fetiche, cada deseo… es de suma relevancia.

Tampoco se trata de restar importancia a la penetración y al orgasmo. No obstante, si éstos quedan aislados del resto del conjunto, las relaciones dejan de tener la misma calidad, quedando así unas relaciones empobrecidas. Ésta es la triste realidad de muchas personas y el caldo de cultivo para los problemas sexuales. En pareja, la monotonía es un ejemplo del empobrecimiento en las relaciones.

¿Qué ocurre cuando en las relaciones sexuales lo único que hay es el coito? En primer lugar, que la gente infravalora el placer del resto de actividades que rodean el coito (tanto antes, como después del mismo). Se pierden una buena parte del placer y muestran una falta de entendimiento con respecto al contacto sexual. Esto es lo suficientemente grave como para cuestionar la situación. En segundo lugar, se pone tanto peso en el coito, que llega a resultar estresante y, en ocasiones, esta presión genera ciertas disfunciones sexuales, como por ejemplo vaginismo en las mujeres o eyaculación precoz en hombres.

Entonces, ¿en qué momento empieza el sexo y cuándo termina? ¿Te va el coitocentrismo? ¿Además del coito, qué te gusta en las relaciones sexuales?

Autora: Lucía Muñoz Soler (Psicóloga y Sexóloga)