El secreto está en la elección de pareja

Si hay una cosa que he aprendido y tengo clara como terapeuta de parejas es que el secreto está en la elección de quien va a ser tu pareja. En ocasiones, me entristece ver que muchas personas están más preocupadas por conseguir pareja, que por asegurarse de que la elección sea sensata y adecuada. Primero se percatan de que desean tener una pareja y luego intentan conseguir que alguien ocupe ese lugar, dando más importancia al hecho de tener pareja que a quién será ésta.

Vivimos en una cultura que idealiza el hecho de tener pareja y se crea la idea de que sin pareja no se puede ser feliz, alcanzar la plenitud y envejecer plácidamente. Esto crea una serie de presiones que hacen que el autoengaño ‒tan propio y común del ser humano‒ se centre en mantener nuestra relación de pareja.

La terapia de pareja puede ser sumamente útil y eficaz para conseguir una relación sana y equilibrada. También es cierto que a veces es muy sorprendente ver que determinadas personas terminan juntas y, debido a que, ya de entrada, la elección de pareja no ha sido adecuada, sufren desavenencias continuas.

Es así que el tema de la elección de pareja es fundamental en las posibilidades de éxito que se va a tener. Me gustaría ofrecer una parte importante de mi experiencia en este aspecto y compartir algunas ideas que pueden resultar de interés general.

¿Cómo ha de ser nuestra pareja? Creo que una de las primeras cuestiones tiene que ver con la compatibilidad y el estilo de la relación. Si desde el principio notas que tienes muy pocas cosas en común con la otra persona, o que el estilo pretendido para la relación es muy distinto, está claro que empiezas con mal pie.

En mi experiencia, es crucial para el devenir de la pareja que los miembros en la relación tengan principios y valores en común. Por dar un ejemplo, una persona que da mucha importancia a la verdad y a la honestidad lo pasará mal con otra persona que tienda mucho al engaño y la mentira. En el fondo, estos dos son lo mismo. La información nos da la oportunidad de decidir y alguien que la oculta, aunque sea parcialmente, intenta manipular.

Es así que, a partir de estos valores, ha de realizarse la elección. Una persona que se preocupe por este artículo es probable que sea alguien que se interesa por hacer las cosas bien. Es así que, si somos personas preocupadas por conocernos mejor, crecer y desarrollarnos, es probable que necesitemos como pareja a alguien que esté dispuesta a seguir creciendo. ¡Cuántas veces me he encontrado con este problema! Generalmente, son parejas que iniciaron su relación siendo muy jóvenes. Con el tiempo se ve que, o van creciendo en direcciones distintas, o mientras un miembro crece, el otro no lo hace. Terminan completamente desfasados y en puntos distintos.

Otros aspectos que me parecen de gran importancia son la empatía y la comunicación. Podemos plantear que la comunicación es el vehículo para conocer mejor a la otra persona y para profundizar en la relación. Al mismo tiempo es una forma de autoconocimiento y de acercamiento. Puesto que la empatía es la habilidad de ponernos en la piel de la otra persona, a través de la comunicación podemos aprender a generar más empatía. La empatía garantizaría que habrá apoyo.

Además, para comunicar hay que saber escuchar y explicar la experiencia de ser uno mismo. Primero, debemos ser capaces de comunicarnos con nuestra propia persona y así conocer mejor nuestros procesos interiores. Cabe mencionar que la comunicación es uno de los aspectos que más difíciles pueden parecer a los miembros de una pareja en general.

Obviamente, según el grado de compatibilidad, debemos prestar atención a cómo nuestra posible pareja va a responder a situaciones límite, en caso de que se llegará a éstas. ¿Cómo responde a los problemas en general? ¿Es una persona resolutiva, responsable, consecuente? ¿O te deja toda la carga y la responsabilidad para resolver el problema?

Es muy difícil encontrar a una persona que nos satisfaga en cada ámbito y en todas nuestras necesidades. Afortunadamente, el mundo es muy grande y es probable que a nuestro alrededor podamos formar amistades que nos ayuden a cubrir ciertas necesidades, propias de determinados ámbitos. Esto nos lleva al tema del estilo y hay quienes desean un estilo de apego y dependencia muy estrecha. También hay quienes son totalmente desapegados y hasta parece que van por libre. Tanto en este aspecto, como en cualquier otro, ha de ser posible crear un equilibrio entre el estilo o los deseos de un miembro y los del otro.

El tema del equilibrio es algo que generalmente se tiene que trabajar en algunos aspectos, pero la práctica va facilitándolo. Creo que lo sano para una persona adulta es haber llegado a un punto de independencia y autonomía. Una persona muy independiente se va a sentir asfixiada en una relación con alguien que tiene un estilo o necesidades de fuerte dependencia. Cualquier persona sana y con sentido común se dará cuenta de que hay momentos para compartir y otros que son y han de ser parcelas privadas.

De hecho, no está por demás decir que una de las claves para mantener viva la chispa de la relación está en el misterio. Si lo sabemos todo sobre nuestra pareja es probable que perdamos interés en ella ‒que es un tema que he abordado en otros artículos‒.

Para terminar, simplemente quiero mencionar que es bastante positivo que ambos miembros en la relación sean capaces de compartir y de vivir sus propias experiencias. Y tener sueños, ilusiones y cosas que nos apasionan, ya que esto nos ayuda mantener viva la relación también.

Casi he terminado y no he mencionado el aspecto sexual. La comunicación expresando lo que nos gusta o no es necesaria para contar con una vida sexual satisfactoria. Asimismo, debe ser similar la importancia que se dé a ello por parte de los miembros de la pareja. De no ser así, se empieza a abrir la puerta a las infidelidades. Igualmente, tiene que haber un consenso con respecto al hecho de que se desee una relación monógama o no.

Para profundizar en cualquier relación el paso del tiempo. Considero que la paciencia es una cualidad necesaria y que hay que desarrollar ‒si no se tiene en suficiente medida‒ para que una relación tenga posibilidades de mantenerse en el tiempo.

Dicen que encontrar a tu media naranja tiene una probabilidad similar a sacarte el premio gordo de la lotería, literalmente. No es imposible, pero la probabilidad es muy baja. En mi opinión, dicha probabilidad aumenta dependiendo de los aspectos antes explicados y es por ello que con frecuencia la terapia de parejas puede resultar muy útil.

Autor: Dr. Xud Zubieta-Méndez

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Caer en la tentación del «ningufoneo» («phubbing»)

Intuyo que prácticamente todas las personas, por las razones que sea, lo han hecho alguna vez. El “phubbing” o “ningufoneo” se produce cuando, al estar presencialmente con una o varias personas, alguien mantiene contacto con otras personas virtualmente, lo cual ‒dependiendo del grado‒ puede ser muy molesto.

El mundo cambia y si queremos evitar el caos, hay que analizar qué aspectos hay que vigilar para poder sobrevivir a Internet y las nuevas tecnologías. La vida real tiene una serie reglas que contribuyen al orden y al equilibrio. En este sentido, hay personas que tienden a moverse en los extremos y crean reglas más estrictas. La vida virtual se sirve de una serie de reglas diferentes a las de la vida real. No obstante, los efectos de la vida virtual se hacen sentir en la vida real y el “phubbing” o “ningufoneo” es un claro ejemplo de ello.

Desde sus albores, el uso de Internet ha contado con una “etiqueta”, llamada “netetiqueta”, incluyendo cosas tales como evitar el uso exclusivo de mayúsculas, que suelen interpretarse como “gritos”, por dar un ejemplo. Asimismo, podemos decir que el ningufoneo es un claro ejemplo de falta de etiqueta en la utilización de Internet.

Durante el 2013, Melbourne McCann estuvo popularizando el término “phubbing”, que traducimos como “ningunfoneo”. Es un término acuñado por un grupo de lexicógrafos, poetas y autores asociados a la Universidad de Sidney para describir “el fenómeno de ignorar a las personas con las que nos encontramos para prestar atención a algún dispositivo electrónico”. Este dispositivo electrónico puede ser un teléfono móvil o una tableta, por lo general.

Tras acuñar la palabra, McCann creó un sitio web denominado “StopPhubbing.com”, una página en Facebook y se puso a trabajar para idear una estrategia de relaciones públicas para dirigir una campaña contra dicho fenómeno. Todo el proceso fue capturado en una película online llamada «A Word is Born», que narra la campaña y se puede encontrar en YouTube.

Lo más paradójico de toda esta historia es que el “phubbing” se convirtió en algo más visible debido a la editorial que estaba por publicar, en papel impreso, un nuevo diccionario, incluyendo este término. Lamentablemente, famosos diccionarios han ido desapareciendo en su formato de papel. Por ejemplo, el Oxford English Dictionary anunció en 2010 que no produciría una versión impresa de nuevas ediciones, mientras que el Macmillan Dictionary dejó de imprimirse en 2012.

Incluso, en los Estados Unidos, las campañas de marketing para diccionarios son poco frecuentes. Merriam-Webster, que publica el diccionario íntegro más grande del mundo, admite nuevas ediciones con comunicados de prensa, promociones en Merriam-Webster.com, y cualquier publicidad pagada suele ser «muy específica, con el objetivo de llegar a bibliotecarios, maestros, revisores de libros y profesionales del mundo editorial», según Meghan Lunghi, directora de marketing. El principal generador de ingresos para Merriam-Webster es el sitio web gratuito, que tiene anuncios e ingresos por suscripción de la oferta «premium» del Merriam-Webster.

Por otra parte, cabe mencionar que el “phubbing”, término diseñado por expertos, está formado a partir de las palabras inglesas “phone” y “snubbing”, que se refieren al acto de menospreciar a quien nos acompaña y prestar más atención al móvil u otros dispositivos electrónicos que a las personas con quienes nos encontramos físicamente. A pesar de que dicha conducta puede que nos parezca que no tiene tanta importancia, los investigadores sobre el tema señalan que el “ningufoneo” daña nuestras relaciones sociales y nuestro propio estado mental. Dos estudios recientes y distintos encontraron que cuando los cónyuges se ningufonean mutuamente son más proclives a experimentar depresión y un menor grado de satisfacción marital.

Esto nos lleva al fenómeno de la “nomofobia”, que es el miedo de estar sin tu dispositivo móvil o no poder usarlo, por cualquier razón, como puede ser quedarte sin batería, haberlo olvidado o quedarte sin crédito, por dar algunos ejemplos. Una fobia, por definición, generalmente es algo inconsciente.

Un nuevo estudio ha confirmado que la utilización de dispositivos móviles puede arruinar tu relación sentimental y llevarte a la depresión. “Estos bajos niveles de satisfacción en la relación sentimental, a su vez, conducen a bajos niveles de satisfacción vital y, en última instancia, a mayores niveles de depresión, tal como ha señalado uno de los estudios.

La investigación reciente indica cómo los dispositivos móviles están afectando nuestras relaciones interpersonales… Este estudio determina que el uso excesivo de los dispositivos móviles no sólo reduce tu satisfacción marital, sino que también contribuye a la aparición de síntomas depresivos.

Nos podemos preguntar si es conveniente compartir las claves de acceso de nuestros dispositivos móviles con nuestra pareja, y es ése un tema que trataremos en otro artículo.

De momento, la idea es dejarte con la reflexión acerca del grado en el que caes en el ningufoneo y el efecto que esta conducta puede estar teniendo en tus relaciones personales, especialmente las más cercanas e importantes.

¿Cuáles crees que son los efectos que puede tener el hecho de priorizar tu actividad virtual en detrimento de la atención que dedicas a las personas con las que te encuentras? ¿En qué medida crees que “ningufoneas”? ¿Cómo te sientes cuando estás con alguien que parece demasiado pendiente de su dispositivo móvil?

Autor: Dr. Xud Zubieta-Méndez

Referencias:

Bulut, S. and Nazir, T. (2020) Phubbing Phenomenon: A Wild Fire, Which Invades Our Social Communication and Life. Open Journal of Medical Psychology, 9, 1-6. https://doi.org/10.4236/ojmp.2020.91001

Nazir, T. (2020) Face to face communication, Non-verbal body language and phubbing: The intrusion in the process. Russian Journal of Education and Psychology, 11, 2. DOi: 10.12731/2658-4034-2020-2-22-31. https://rjep.ru

Nazir, T., & Bulut, S. (2019). Phubbing and What Could Be Its eterminants: A Dugout of Literature Psychology, 10, 819-829. https://doi.org/10.4236/psych.2019.106053

Incesto Emocional

El incesto emocional es un tipo de abuso emocional que puede fácilmente pasar desapercibido. Se refiere a una relación inadecuada entre el padre o la madre y el hijo o la hija. Puede ser: madre/hija, padre/hija, madre/hijo, o padre/hijo. Ocurre cuando el menor juega el rol emocional de la pareja sustituta de su padre o madre. La necesidad de compañía que tiene el padre o la madre se satisface a través del menor. Él o ella se atan al padre o a la madre por un sentido excesivo de responsabilidad con respecto al bienestar del adulto, quien le exige lealtad y se convierte en la pieza principal de su desarrollo.

La relación entre el hijo/a y el padre o la madre parece una de cónyuges, aunque dada la inmadurez del menor, la relación carece de equilibrio. Está claro que la presencia de incesto emocional puede producirse en distintos grados, como cualquier otro problema. Algunas veces el incesto emocional es bastante severo y debilitante. Otras, es más moderado y puede pasar completamente desapercibido. Independientemente de su intensidad, el incesto emocional es dañino e insano. No implica actividad sexual, a diferencia del incesto tradicional.

Los menores que lo sufren o han sufrido suelen tener problemas en sus relaciones con sus coetáneos. Asimismo pueden presentar síntomas de trastornos alimentarios, depresión, ansiedad… Se sienten impotentes y tienen una intensa necesidad de mantener dicha conexión.

El padre o la madre usan al menor para satisfacer necesidades que deberían ser cubiertas por otros adultos: romance, compañía, intimidad, consejo, apoyo para resolver problemas, plenitud personal. Un hijo o una hija no puede cubrirlas y sufrirá secuelas duraderas.

Las necesidades del hijo o la hija son ignoradas y pocas veces recibe la protección educación, guía, estructura, afecto, apoyo o disciplina adecuados.

En este perfil de familia, el padre o la madre carece de suficiente apoyo y compañía. Es muy posible que no tenga pareja, que se haya divorciado o que esté en una relación infeliz, por dar algunos ejemplos.

El padre menos implicado suele tener resentimiento. Muchas veces no sabe por qué: ¿cómo puede molestarte que tu pareja quiera al menor? Si hay más hijos, el incesto emocional suele producir rivalidad entre hermanos.

Al padre o madre en este tipo de relación le resulta más fácil enfadarse con el menor que con su pareja y puede emplear chantaje emocional como arma arrojadiza. El hijo o hija suele sentir inadecuación a pesar de ser el elegido o elegida.

Suelen creer que su hijo/a es su mejor amigo/a. Los hijos/as se sienten especiales, los favoritos, más talentosos, adorables…

Cuando el hijo o la hija va creciendo a menudo tiene dificultades para encontrar pareja y establecer relaciones duraderas ya que consideran que no están a la altura de la madre o padre idealizado. Las secuelas dependerán del grado del incesto emocional vivido.

La niña o el niño elegido tiene que reprimir sus necesidades normales en beneficio de las del padre o la madre. La vida de éstos es más fácil cuando el niño o la niña no pide nada. El adulto siente que es un buen padre o madre y que ha educado a un hijo/a modélico/a.

Cuando se ha vivido una relación de incesto emocional, una de las secuelas es la dificultad para identificar y establecer límites en otras relaciones. Uno de los problemas más comunes son en términos de intimidad y compromiso. Las relaciones cercanas pueden percibirse como evasivas tras la experiencia de la asfixiante relación con el padre o la madre. La noción de libertad les resulta elusiva y desconocida en su experiencia.

¿Por qué un padre o una madre puede llegar a tener una relación de incesto emocional?

Es muy probable que no se dé cuenta de que le está haciendo daño a sus hijos. Puede que se perciba a sí mismo/a como un padre/madre dedicado/a y sacrificado/a. No se percatan de que además de dar amor y afecto al hijo/a, también utilizan la relación para satisfacer sus propias necesidades. Además, puede que no cuenten con información adecuada y con los modelos necesarios.

Las familias monoparentales pueden suponer el caldo de cultivo para el incesto emocional, especialmente durante el período inmediato posterior al divorcio o separación. No obstante, el incesto emocional se puede producir en todo tipo de escenarios en los que hay cabida para relaciones desequilibradas.