¿Sexo en los días de regla?

¡La regla! Esa que tantos quebraderos de cabeza y molestias ha ocasionado a muchas de nosotras. Muchas parejas nos preguntan qué está permitido, o no que haya sexo en días de menstruación. Esa que sigue siendo un tema tabú que genera incomodidad, evitamos hablar de ella e incluso, hasta hace poco, se escondía por completo. escondíamos. Cuántas de nosotras nos hemos sentido avergonzadas cuando nos ha bajado… Cuando hemos tenido que comprar toallas higiénicas en el supermercado, o cuando le hemos pedido un tampón a nuestra amiga y lo escondíamos rápidamente. Quizá sentíamos como si estuviésemos llevando a cabo una acción ilegal. Eso, sin hablar de cómo se trataba ‒y se trata‒ junto a las relaciones sexuales. En muchísimas ocasiones en consulta nos han dicho, “No he podido hacer nada porque estaba con la regla” ‒obviamente entre parejas heterosexuales‒.

La educación sobre la menstruación es escasa, tirando a nula. En ninguna etapa educativa se explica mucho más allá de que se trata de una cuestión biológica y que influye en la futura capacidad de ser madre. Por otro lado, están los anuncios, que se limitan a hacernos ver que gracias al uso de equis compresas o tampones podremos hacer ejercicio, saltar, bailar y lucir pantalones blancos ajustados. De hecho, hasta hace unos años, este tipo de anuncios utilizaban líquidos azules para representar la sangre de la menstruación. Asimismo, empleaban frases naif, como, por ejemplo, “¿a qué huelen las nubes?” Ello, para referirse al olor corporal derivado de la mezcla de la menstruación con los materiales de las compresas.

Por ende, no es de extrañar el conflicto que en variadas ocasiones genera juntar el sexo con la menstruación. Cuando se trata de opinar, podemos mencionar dos grupos. El que se siente cómodo con la situación y no encuentra inconveniente alguno en este acto. Por otro lado, hay un grupo que no se siente cómodo y considera prohibido el practicar sexo durante la menstruación.

Además de las opiniones, hay muchas preguntas y mitos sobre el tema. Por ejemplo, una duda habitual es: ¿tener relaciones sexuales cuando tengo la regla es seguro? Debemos aclarar que no hay ningún impedimento médico o ginecológico para tener relaciones sexuales con la menstruación. En esto englobamos, tanto el coito, como el resto de prácticas sexuales. No perjudica ni a la mujer que menstrúa ni a su pareja. De hecho, tener sexo puede mitigar los dolores de la menstruación debido a las endorfinas que liberamos en cada orgasmo.

El quid de la cuestión reside en la mayoría de casos en el rechazo o vergüenza que sienten hombres y mujeres a practicar sexo durante estos días. Ya sea porque lo consideran un tabú, algo sucio, o porque piensan que puede perjudicarles. Es fundamental hablar con tu pareja con naturalidad para llegar a una solución, en caso de que alguno de los dos sea reticente. Alentamos a quien se sientan reticentes a probar para saber si os gusta o no, obviamente sin forzar la situación. Está la opción de usar tampón o copa menstrual, y optar por juegos que no impliquen necesariamente la penetración, por compartir sugerencias.

Algunas mujeres se sienten incómodas en los días de sangrado abundante. Si es así, se puede optar por juegos genitales en la ducha o usar unas esponjas sintéticas  ‒diseñadas exclusivamente para absorber la sangre mientras se tiene sexo‒, pudiendo practicar incluso sexo oral. Estas esponjas se introducen en el interior de la vagina ‒como si de un tampón se tratase‒, y gracias a un pequeño orificio puede ser extraída una vez finalizada la práctica. No nos sirven como método anticonceptivo ni son reutilizables. Tampoco previenen el contraer una enfermedad de transmisión sexual.

La relación del sexo con la regla es una cuestión completamente personal. El deseo de la pareja es un imperativo, y la incomodidad que puede generar hace que sea especialmente relevante la opinión de ella. Si ambas partes se sienten cómodas, ¡pues adelante”. Además, hemos visto que existen productos como las esponjas sintéticas para hacer que estas prácticas resulten más cómodas.

El sexo es placentero en cualquier día del mes, y esto incluye los días de menstruación, así que, ¡aprovechémoslo!

Autora: Celeste Martínez Gavidia (Psicóloga)

Créditos de la imagen; Maria Ciocnadi y Emedièfeme

Referencias

Sánchez Mateo, A. (13 de noviembre, 2018). Por qué el sexo con la regla debería dejar de ser un tabú. La Vanguardia. Recuperado de https://www.lavanguardia.com/vivo/sexo/20181113/452792904589/sexo-regla-tabu-menstruacion.html

Blanco, C. (13 de enero, 2021). Cuando quieres sexo y tienes la regla

El tabú reventado. El País. Recuperado de https://elpais.com/elpais/2021/01/07/mordiscos_y_tacones/1610020063_213637.html

Tabúes y comunicación en la pareja

Si preguntaran a cada persona acerca del tipo de educación sexual que hemos recibido, la mayoría de nosotros coincidiríamos en lo escasa y deficiente que ésta ha sido, independientemente de nuestra identidad sexual. Algunas personas incluso afirmarían no haber recibido ningún tipo de educación, pero el simple hecho de que un silencio responda a una pregunta que hagamos sobre el ámbito sexual, conforma una educación sexual negativa. Esto hace que aprendamos a asociar el sexo ‒y todo lo que tiene que ver con ello‒ con miedos, mitos y tabúes.

Los miedos debido a que si, por suerte hemos recibido alguna charla educativa, se habrá basado principalmente en prevenir ETS y evitar embarazados no deseados. Los mitos porque nos retroalimentamos con nuestros iguales respondiendo a cuestiones sexuales desde la exageración y la incredulidad ‒“puedes quedarte embarazada si tu pareja termina en tu boca”‒.  Y los tabúes porque la visión tradicional del sexo en muchos hogares no permite ciertas prácticas al considerarlas “sucias” o propias de personas “no respetables”.

Esta desinformación no solo se circunscribe al ámbito sexual con parejas, sino también a la forma de relacionarnos con nuestros genitales y cuerpo sexuado. Lo que provoca esto ‒entre otras consecuencias‒ es que con el tiempo se pueda sufrir algún tipo de disfunción sexual, como dolor en la penetración, dificultades con la excitación y el orgasmo, o problemas de inseguridad y autoestima ‒traducido en un pobre autocuidado íntimo y físico‒.

Es posible que a un gran número de parejas les cueste esfuerzo expresar y abordar un tema tan difícil como es la insatisfacción sexual. Muchos expertos coinciden en que la incorporación de nuevos escenarios, juegos eróticos o posturas puede resultar vergonzoso o inoportuno, especialmente para aquellas parejas con un patrón sexual muy rígido. Sin embargo, si la vivencia es de una necesidad sexual frustrada, es importante que nos expresemos respetuosa y asertivamente con nuestra pareja. En ningún caso ayuda expresarlo como forma de crítica o reproche. Así será más fácil que logremos abrir el camino para una correcta complementación.

Si somos capaces de olvidar todas esas prohibiciones que, de forma inconsciente y tradicional, nos han inculcado desde la infancia, conseguiremos vivir una sexualidad más despreocupada, tranquila y ‒sobre todo‒ satisfactoria. Todas las opciones ‒salvo que generen daños a terceras personas‒ son válidas siempre y cuando los miembros que conformen una relación estén de acuerdo. Los estilos de sexualidad no son ni mejores ni peores, ni buenos ni malos. Por lo tanto, el querer imponer a nuestra pareja una práctica que no desea hacer por los prejuicios que tenga, no es la mejor manera de llegar a un acuerdo. Escucha y comprende el por qué de esta negación para que, a través de un clima empático y confortante, se pueda hacer frente ‒tanto a nivel individual como de pareja‒ a todos los miedos que frenan vuestra sexualidad.

Un último aspecto a destacar es que NO debemos confundir la esfera íntima con los “temas tabú” Es decir, cuestiones como las de indagar sobre el número de parejas sexuales que nuestra pareja ha tenido, o querer conocer las prácticas que realizaba con otras personas o contextos, así como desear saber detalles y otros aspectos sobre la sexualidad de nuestra pareja no es un tema obligatorio. No debemos sentir una obligación a contar nuestro pasado sexual con todo lujo de detalles. La comunicación es importante, pero no cuando invadimos la privacidad de nuestra pareja y otra persona.

Andrea Bello (Psicóloga y sexóloga)

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