“La primera vez”. Palabras que retumban en la cabeza de todo adolescente y que parecen marcar y determinar a la persona durante mucho tiempo. La primera vez se asocia irremediablemente a la primera experiencia sexual (y casi siempre coital), pero… ¿qué importancia real ha de darse a esta vivencia? Desde un criterio sexológico se puede decir que las condiciones y circunstancias en las que ocurre son relevantes a la hora de tomar conciencia sobre ello.
En primer lugar, resulta fundamental que sea la persona (con plena capacidad de decisión y libertad) la que elija CUANDO, CON QUIÉN Y HASTA DÓNDE LLEGAR. Entonces surgen algunas dudas: ¿cómo, hasta donde llegar…? Una vez que se empieza, ¿acaso no deberíamos llegar hasta “el final”? Esto es un pensamiento socialmente extendido que genera presión y una angustiosa responsabilidad a las personas que deciden ir poco a poco. Empezar con besos, caricias o masturbación no implica tener que acabar en coito, y menos a la primera de cambios.
En segundo lugar, solemos sugerir que se informe a la otra persona de que es nuestra “primera vez”. La comunicación resulta de vital importancia en las relaciones sexuales, garantizándonos que la otra parte sea consciente en todo momento de lo que vamos sintiendo y de aquello que nos resulta más agradable. Esto puede ser un poco más complicado cuando es la primera vez para ambas personas, pero..¿acaso no aprendimos solos a jugar al fútbol o a maquillarnos? Las primeras veces puede que no fueran como esperabas, pero no por ello debe perder el encanto especial de descubrir juntos el placer derivado de la actividad sexual.
En la primera relación sexual, los nervios y las preocupaciones suelen estar presentes a partes iguales, sin embargo, los pensamientos en chicos y chicas se focalizan en diferentes ´´responsabilidades´´. Por un lado, el pensamiento más recurrente en ellos está relacionado con la ´´valía como hombre´´: ¿estaré a la altura? ¿le haré disfrutar?…en ellas lo frecuente es el miedo al dolor y la vergüenza a sangrar y manchar. Estos pensamientos, más que favorecer el disfrute de la relación, provocan todo lo contrario, impidiendo que nos centremos en las sensaciones derivadas de la actividad sexual y por lo tanto, no disfrutemos de la experiencia.
Asimismo, se han de considerar las expectativas. Si estas son exageradas en torno a lo que es el coito, es posible que terminen en decepción. A menudo escuchamos comentarios como: ´´tampoco es para tanto´´ o ´´yo me esperaba mucho más´´ de boca (sobre todo) de mujeres que guardaban su virginidad como símbolo de pureza que debían entregársela a ´´quién lo mereciera´´. Esto resulta a la vez que arcaico, un pensamiento religioso inculcado por una sociedad de pensamiento machista respecto a la idea de la virginidad femenina. Porque si hablamos de la masculina, ´´cuanto antes te la quites de encima, mejor´´.
El placer sexual y el orgasmo no deben glorificarse ni mitificarse, así como la primera vez no debe ser un examen en el que demostrar nuestra valía o sufrir dolor, incluso sangrado, ya que, muchas mujeres, pueden haber experimentado la rotura de himen de pequeñas, tras un golpe o simplemente montando en bicicleta, sin ser conscientes de ello. Es también muy probable que no se consiga llegar al orgasmo, ya que el placer requiere de aprendizaje y comunicación. El sexo no sigue una secuencia fija y mucho menos, el orgasmo es la garantía de éxito en una relación sexual.
Como sexólog@s, recomendamos elegir un lugar íntimo-donde no vayan a ser molestados por nadie- y con el tiempo suficiente para que se pueda ir con calma. Además, sugerimos estar sobrios, el alcohol no ayuda en absoluto, al contrario de lo que suele pensar, ya que las drogas, actúan como inhibidores sexuales y pueden ocasionar problemas, además de afectar a tu criterio consciente de decisiones durante el encuentro sexual.
Por último, tener muy presente que SÍ es posible quedarse embarazada durante la primera relación sexual si no se toman las medidas de protección adecuadas. Lo más recomendable es el uso del preservativo, ya que además de evitar un embarazo no deseado, nos protegen frente a cualquier infección de transmisión sexual (VIH, herpes genital, sífilis, clamidia…). Infórmate y prepárate antes de actuar.
Para quiénes ya tuvieron su primera vez: ¿Cómo fue ésta? ¿Qué consejos daríais a las personas primerizas?
Andrea Bello Pastor: (Psicóloga y Sexóloga)